Tal vez tú te quejas porque no encuentras tus llaves, se te olvidó alguna contraseña o se te hizo tarde para llegar al trabajo, y con eso te basta para decir que tienes la peor suerte del mundo, pero espera a que conozcas esta historia y te darás cuenta de que estás muy equivocado.
Oliver Pugh llevaba una vida muy activa en su trabajo y practicando deportes como el rugby, boxeo y artes marciales, pero en 2012 su vida dio un giro inesperado que lo transformó todo.
Luego de sentir fuertes dolores de cadera acudió al médico y le diagnosticaron cáncer cuando tenía 22 años. Todo se complicó al tratar de extirparle el tumor, así que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en tres ocasiones, lo que le dejó secuelas en la ingle y también una meningitis por una infección en una de las operaciones.
Además, en su trabajo tuvo un accidente que le ocasionó la amputación del pulgar de la mano izquierda, pero además la herida se le infectó y adquirió una terrible bacteria conocida como SARM, que es muy resistente a los antibióticos.
Cuando parecía que la tormenta había pasado, pues tenía tres años sin algo tan grave como lo anterior, aunque seguía bajo tratamiento médico, un nuevo golpe llegó, y de qué forma…
Cuando su esposa, con quien ya tenía dos hijos, constantemente le decía que iba con su hermana o con sus amigos, Oliver empezó a sospechar, pues esto inició después de un día en que ella salió a beber un trago con el mejor amigo de este hombre, ya que él no podía porque estaba tomando medicamentos.
Al usar la aplicación de Find My iPhone, localizó a su mujer en casa del que hasta ese momento era como su hermano. Finalmente logró perdonar al amigo pero se separó de su mujer.
Poco después de la ruptura amorosa, mientras conducía sufrió un infarto al corazón, aunque no tuvo graves secuelas. Pero esto no es todo…
Después de recuperarse del infarto, el cáncer regresó y más agresivo que antes. El nuevo tumor le presionaba la columna, lo que lo dejó en silla de ruedas, pero luego de una cirugía pudo volver a recuperar el movimiento en las piernas.
No por nada Oliver se autonombró como “El hombre con más mala suerte del mundo”, y como verás, tiene muchas razones para hacerlo, pero aún en las peores circunstancias existe una oportunidad de recuperarse y no dejarse vencer por la adversidad.
Luego de reemplazarle la cadera, los médicos le sugirieron que bajara de peso, y afortunadamente se encontró con el entrenador Carl Lambert, quien lo ha guiado para que pierda cerca de 50 kilos de peso.
Expresé mis preocupaciones a Carl sobre mis operaciones de columna vertebral y mi cadera reemplazada, y cómo estaba preocupado de lastimarme o no poder realizar los ejercicios requeridos. Carl me tranquilizó al mostrar y explicar los ejercicios, y para cada área en cuestión se nos ocurrieron versiones adaptadas para ayudar a mi cuerpo menos capaz.
A medida que pasaron las semanas mi confianza creció y disfruté mucho de cada sesión, fue liberador poder disfrutar de algo de ejercicio nuevamente.
—Oliver Pugh
Ahora con 29 años, este hombre tiene una nueva oportunidad de ser feliz, y luego de todo lo que ha pasado, nada lo podrá detener.
Ahora puedo decir que he alcanzado mi meta de pérdida de peso y estoy emocionado. Aunque todavía tengo problemas de salud y estoy esperando otro reemplazo de cadera, estoy seguro de que mi recuperación será mucho más fácil ahora que he invertido en mi salud. Mi objetivo es mantener mi nueva forma por un tiempo antes de agregar músculo adicional.
—Oliver Pugh
Estamos seguros que la suerte cambiará para este hombre, quien ya enfrentó lo peor, así que solo le toca ser paciente y empezar a gozar de la vida. Por lo pronto ya tiene una nueva pareja y trabaja en un bar.