¿Crees que vives en la Matrix? No eres el único y probablemente no estés equivocado. Millones han crecido con juegos como The Sims y Sim City, donde tienes que crear familias o ciudades. Y los expertos creen que no es descabellado pensar que realmente crecimos en una simulación de computadora.
Aunque para algunos será simplemente ridículo, el concepto ha atraído a muchos de los hombres más revolucionarios de nuestro tiempo como Tesla y el fundador de Space X, Elon Musk o el laureado astrofísico Neil deGrasse Tyson.
La teoría que ha aparecido en novelas de ciencia ficción, video juegos, series y películas, es una idea real. Nació de la mente del filósofo de Oxford, Nick Bostrom, quien lo propuso en un artículo en 2001, llamado “¿Vives en una simulación de computadora?”.
Él propone tres posibilidades: los humanos o la humanidad se extinguirá antes de que lleguemos a la etapa en la que podamos correr simulaciones de alta fidelidad de nuestros ancestros, o la gente en el futuro tampoco estará interesada en correr una simulación si alcanzaron una etapa posthumana tal vez porque lo encuentran poco ético, o vivimos en una simulación ahora mismo.
También piensa que podrían ser seres de otra especie en otra parte del espacio que son maestros en correr simulaciones. En entrevista, el profesor dijo:
“Si imaginamos la ciencia y la tecnología en constante desarrollo hasta su madurez, veremos que sería posible hacer simulaciones computarizadas tan detalladas que podrían crear gente como sus antepasados y no distinguirían la realidad original”.
Además, su artículo habla de un concepto más radica. Podríamos ser una simulación dentro de una simulación, dentro de otra simulación, quién sabe cuantas veces. “Podría ser viable para las civilizaciones simuladas, convertirse en posthumanos. Estas podrían tener sus propias simulaciones de ancestros en computadoras potentes que construirían en un su universo simulado”.
¿Pero qué tanta potencia necesitarían estas computadoras posthumanas? El profesor cree que “una etapa tan madura de desarrollo tecnológico podría convertir planetas enteros en computadoras”.
El profesor predice que podríamos colonizar planetas completos solo con el fin de convertirlos en base de computadoras enormes. Cuando el artículo salió a la luz, hace 17 años, ya existían investigadores que habían diseñado computadoras tan pequeñas como un terrón de azúcar y que realizara 1021 instrucciones por segundomientras que el cerebro solo puede con 1060.
Elon Musk dijo al especto este año: “Ahora un videojuego es muy realista y millones de personas lo juegan simultáneamente. Además ves a donde se dirigen las cosas con la realidad virtual y la realidad aumentada. Y si extrpolas eso al futuro con un .01% de tasa de desarrollo, eventualmente esos juegos serán difíciles de distiguir de la realidad”.
Musk también dijo: “hay mil millones de oportunidades en una de que no vivamos en una simulación”. Ha hablado tanto de la teoría de la simulación con su hermano, que ese tema de conversación está prohibido ya entre ellos. Una parte interesante apunta a un área interesante: la religión.
Muchas religiones tienen creadores benevolentes, lo cual se ajusta con el argumento de la simulación. Aunque la hipótesis de la simulación no implica la existencia de tal deidad, tampoco lo niega. Menciona que la teoría refleja el entendimiento de las personas sobre Dios.
Uno de los aspectos que los que respaldan la teoría es que virtualmente todo en nuestro mundo tiene un límite o al menos es mensurable. Rich Terrile, científico de la NASA dijo a The Guardian: “incluso las cosas que creemos son continuas como el tiempo, la energía, el espacio, el volumen tienen límites finitos. Si ese es el caso, entonces nuestro universo es computable y finito. Esas propiedades permiten que el universo sea simulado”.
De hecho ya usamos muchas simulaciones a diario, desde predicciones del clima hasta estudios científicos. Estas simulaciones ayudan a entender cómo las cosas reaccionan a ciertas circunstancias. Sin embargo, es muy difícil de probar esta teoría.
Pero hay dos equipos de científicos que están tratando de descifrar si somos una simulación. Según el New Yorker, uno de los equipos es liderado por dos multimillonarios. Otro de los equipos es de la Universidad de Washington y trata de ver si puede encontrar rasgos que se puedan atribuir a una simulación.
Pero hasta que no aparezca una ventana de diálogo que nos muestre que estamos en una supercomputadora, seguiremos en las sombras.