Los Equipos Tierra, Mar y Aire de la Armada de los Estados Unidos o también Navy SEALs, son un cuerpo de profesionales a los que se les ha exigido sacrificios a lo largo de un brutal y exhaustivo régimen de entrenamiento que los pone al límite de sus capacidades y de su bienestar. Se reporta que solo uno de cada cinco aspirantes logra alcanzar el estatus de SEAL.
Por desgracia, este pasado 4 de febrero, Kyle Mullen, de 24 años, aspirante a SEAL, falleció supuestamente durante la Hell Week o Semana del infierno, la parte más brutal del entrenamiento para las fuerzas de élite, por lo que esta saltó a la atención pública. Aquí revisamos someramente ese infierno en la tierra para los jóvenes militares.
Semana en el infierno
La Hell Week es la parte final del entrenamiento de Demolición Subacuática Básica para SEAL (BUD/S, por sus siglas en inglés) y es definida por la corporación como un régimen “diseñado para encontrar y desarrollar a los hombres con el más fuerte carácter, que lo dan todo para completar su misión y apoyar al resto del equipo”. Algunos de sus eventos permanecen vigentes desde los días de la Segunda Guerra Mundial.
En términos menos idealistas, veteranos de los SEAL han definido a la Hell Week como cinco días y medio (iniciando el domingo en la tarde, terminando el viernes en la mañana) que sirven como final de la primera fase del entrenamiento básico SEAL: los jóvenes son sometidos a abusos, ejercicio sin descanso, privación de sueño y otras atrocidades. Eso sí, comen bien, unas 8000 calorías diarias, y aun así, la mayoría baja de peso.
Primera fase del BUD/S
Este proceso de selección representa la plataforma para ser admitido en las filas de algún equipo de SEAL de la Marina y se divide en tres etapas: Fases 1, 2 y 3, cada una más intensa que la anterior. La Hell Week es solamente el suplicio final de la Fase 1. La tasa de deserción de todo el BUD/S oscila entre el 70 y 85 por ciento, pero no es raro que alcance el 90 por ciento.
En esa primera fase, se cubre el acondicionamiento básico, enseñando trabajo en equipo en condiciones cada vez más adversas física y mentalmente. Parte de la Fase 2, luego del infierno, consiste en rehabilitación de los sobrevivientes, para luego empezar con combate básico.
Domingo: apenas comienza
En la tarde del domingo se inicia el infierno. Los estudiantes van de las barracas a casas de campaña y son entonces bienvenidos con miles de disparos de salvas y artillería, con el fin de amedrentar a los aspirantes. Luego los ponen a realizar cientos de repeticiones de sentadillas, lagartijas y patadas de aleteo.
El siguiente paso es la “tortura de surf”. Durante visitas regulares y bien organizadas, los estudiantes son conminados a entrelazar brazos y yacer en la rompiente de la playa por varios minutos, que, con las aguas heladas del Pacífico por la noche, representa un verdadero Cocito.
La semana avanza
Conforme los días pasan, además del abuso físico diario y la falta de descanso, se implementan eventos sin previo aviso que tienen como objetivo poner al límite a los aspirantes. Algunos de los eventos establecidos “de ley” son Around the World, Mud Flats y Base Tour.
Around the World (Alrededor del Mundo) es una carrera de botes a remos que dura 12 horas, Mud Flats (Marismas) es una especie de sádico decatlón en lodo, que los deja calados hasta los huesos y cubiertos de lodo, mientras que el Base Tour (Recorrido de la Base) los obliga a cargar botes de 136 kg sobre sus cabezas durante varios kilómetros.
Precauciones
Se supone que los instructores están bien entrenados para tratar con diversas situaciones durante la Semana, o sea, evitar heridas y riesgos de muerte. Además, personal médico está presente las 24 horas del día y las revisiones médicas son constantes, buscando, principalmente, indicios de pulmonía, fracturas, infecciones y enfermedad. Siempre hay ambulancias a la orden, con el fin de actuar de inmediato.
Aun así, según el médico del ejército Bob Adams, autor de Seis días de lo imposible: semana infernal del SEAL de la Marina, la Semana puede dejar marcas permanentes en aquellos que se someten a sus inhumanas pruebas, en especial el desajuste de la homeostasis por el frío extremo.
Excelente herramienta
Los SEAL de la Marina están condicionados para sobreponerse a las adversidades insuperables y toparse de frente con ellas, muy seguido en contra de toda posibilidad e incluso en contra de la razón: “aguántate el dolor y sigue con tu trabajo” es una fórmula común en su vida.
Al final de cuentas, la semana de tortura le sirve a la Marina para determinar “quiénes tienen realmente el deseo de servir”. A veces ha sido definida como “una patada en los testículos, para la que no hay forma de prepararse apropiadamente”, aclarando que la Semana tiene como objetivo obligar a los estudiantes a desertar por medio de tortura metódica.
Lo que viene después
Después del intenso abuso, las competencias donde un rato de sueño era el premio del primer lugar (su lema es “ser un ganador paga”) y la tortura tanto psicológica como física, las fracturas, dislocaciones y demás problemas de salud, recuerden que es apenas el final de la primera fase.
Luego de un breve periodo de reacondicionamiento y rehabilitación física, los futuros SEAL siguen con su entrenamiento básico, entrando al combate suacuático, sin bajar el ritmo. Cabe destacar que un fallo en cualquier punto del BUD/S puede mandarte de vuelta al día 1 para pasar otra Semana del infierno (se ha sabido de hasta tres repeticiones), ya sea que falles en lo físico o en un examen de matemáticas (en serio).