Cuando nos embriagamos demasiado nos convertimos en otra persona y ponemos a nuestro artista favorito a todo volumen, pero Thomas Dodd llegó a un nuevo nivel de locuras en una noche de copas.
Este hombre de 30 años vive en la localidad de Clifton Campville, en Inglaterra, y se declara un gran fan de la cantante canadiense Céline Marie Claudette Dion, mejor conocida como Céline Dion. A Thomas se le hizo más llevadera la cuarentena debido a las canciones de su ídolo, pero su admiración llegó al extremo durante una tremenda borrachera.
En algún momento de su embriaguez se le ocurrió la “brillante idea” de pagar 120 dólares para cambiarse legalmente el nombre a Céline Dion y después se olvidó de todo. Fue un clásico atrevimiento de borracho.
Un día al regresar de su trabajo como gerente de hospitalidad, encontró en la puerta de su casa un sobre sellado y al abrirlo encontró los papeles oficiales de su cambio de nombre. Legalmente ya era el señor Céline Dion.
Casi me desmayo en mi cocina cuando la abrí. Mi preocupación inicial fue ¿cómo diablos le digo al departamento de recursos humanos en el trabajo que necesito cambiar el pie de página de mi correo electrónico? Ahora creo que podría ser una excelente manera de llegar al backstage.
Él dice que tiene una ligera obsesión con la cantante y que durante la cuarentena ha pasado muchas horas viendo sus conciertos y videos. Tiene el vago recuerdo de haber estado disfrutando de una presentación de Céline cuando se le ocurrió cambiarse el nombre.
Thomas… digo, el señor Dion lo ha tomado con mucho humor y aunque al principio les costó trabajo, ahora también su familia le encuentra el lado gracioso a esta situación. La única preocupación que tiene Céline es que algún día sea detenido por un policía y crea que le está jugando una broma al decir su nombre legal.
Despertarse con otra identidad ha sido una de las peores resacas y ahora Céline Dion solo espera que su nombre le ayude a conocer en persona a su ídolo.