A veces dan ganas de salir al campo abierto a tener un rato libre de aire fresco, pero incluso cuando tenemos la intención de solo pasar un rato desconectados de la civilización, nunca sabemos qué es lo que podría salir mal, tal como descubrió una australiana que logró sobrevivir cinco días a base de caramelos y vino luego de quedar varada en la espesura.
Lillian Ip, de 48 años, quedó atrapada en matorrales profundos sin posibilidades de regresar a la civilización el 30 de abril de 2023. Completamente sola y sin medios para pedir ayuda, tuvo que sobrevivir a base de dulces y vino, hasta que cinco días después llegó la caballería y fue rescatada.
El breve paseo de ensueño que resultó en una larga pesadilla
Encontrándose de asueto en el pueblo montañoso de Bright, en Victoria, Australia, el plan de Lillian era adentrarse en la bella región de tierra salvaje perteneciente a Mitta Mitta, una pintoresca y pequeña aldea que es centro del turismo de la región del valle de Mitta, que usualmente es un lugar para ir a perderse un poco en su belleza natural y descansar, pero en el caso de ella, su clavado a la naturaleza casi termina siendo fatal.
En su momento, la mujer trató de visitar la presa Dartmouth, que era un viaje en carro de unas dos horas, pero cuando llegó a un callejón sin salida, supo que había dado un giro equivocado en algún lado, pero cuando trató de regresar, su vehículo quedó irremediablemente atrapado en el lodo.
Ni una rayita en el celular y ni un vaso de agua a la mano
La situación de Lillian era desesperada: el servicio de telefonía era inexistente en el área y el pueblo más cercano estaba a un trayecto de 60 kilómetros a través de traicioneras malezas. Además, con sus problemas de salud, la mujer tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir el trayecto, así que de todas sus malas opciones tomó la menos terrible y decidió esperar en su auto a ser rescatada… lo que hubiera sido perfecto de no ser porque no tenía nada que comer o beber.
Tenía planeado que fuera solamente un breve viaje diurno y por ello solo llevó algunas botanas y paletitas, pero nada de agua. El único líquido a su disposición era una botella de vino, que pensaba regalarle a su madre cuando volviera de su descanso, lo que era problemático porque el vino causa deshidratación y ella es abstemia.
Tan grave estuvo su situación que hasta un Jisei no ku, un poema de muerte, se aventó
Su situación fue tan grave que llegó a beber el vino que detestaba y acabarse la comida chatarra que llevaba con ella. Sin embargo, para el cuarto día, ya no esperaba sobrevivir. No le quedaba más que resistir, pero su resistencia ya había llegado al límite y sintió que moriría inminentemente.
En su desesperación, y creyendo que jamás volvería a ver a sus seres queridos, la mujer redactó un mensaje de despedida que en japonés se designa jisei no ku, que es posible traducir como “Un poema funerario”, que el autor redacta momentos antes de su muerte, cuando apenas le quedan fuerzas para escribir.
En la misiva, Lilliana Ip les decía a los miembros de su familia que los amaba y que no debían llorar por ella. Afortunadamente, al final del día (del quinto, para ser exactos) las autoridades fueron capaces de dar con su paradero luego de que su familia la reportara como perdida dado que no se reportó con nadie durante más tiempo del habitual.
Luego de una búsqueda infructuosa de días, un helicóptero se unió al esfuerzo y encontraron a la desahuciada poco después de que acabara de escribir su carta de despedida al mundo cruel. Los rescatistas aseguran que luego de cinco días, la mujer estaba más que encantada de verlos y lo primero que hicieron fue darle algo de beber debido a su estado de extrema deshidratación. Afortunadamente, la suertuda mujer vivió para contarlo y la única que salió perdiendo fue su mamá, a quien no le tocó vino en esta ocasión.