Las vacaciones no son un lujo, sino una necesidad porque, a final de cuentas, luego de partirse el alma en el trabajo, es necesario descansar para reponer fuerzas y seguir chambeándole con entusiasmo. Afortunadamente no todos los jefes las ven como un mal necesario.
El empresario malasio Khairul Aming está siendo llamando “el mejor jefe del mundo” y no solo porque tiene una taza que dice que lo es, sino porque mostró lo importante que es para el éxito de la empresa que sus trabajadores estén felices, ya que cerró su fábrica y se llevó de paseo a sus 60 trabajadores a unas vacaciones de lujo con todos los gastos pagados, para agradecerles su trabajo y celebrar el éxito de la empresa.
No estaban quebrados, andaban de parranda
Minggu ni kita tutup kilang Sambal Nyet selama 5 hari untuk bawa kesemua 60 staff bercuti di Langkawi. Kita sediakan hotel 5 bintang, jetski, explore cave, snorkelling, private yacht untuk tgk sunset & duit belanja untuk diaorang shopping. Alhamdulillah semua staff happy ✨🥹 pic.twitter.com/in15T42wFQ
— Khairulaming (@khairulaming) May 21, 2023
Esta semana cerramos la fábrica de Sambal Nyet durante cinco días para llevar a los 60 empleados de vacaciones a Langkawi. Le ofrecimos a nuestros trabajadores un hotel de cinco estrellas, paseos en ‘jetski’, aventuras espeleológicas, buceo con ‘snorkel’ y les conseguimos su yate privado para ver la puesta de sol. Para redondear, les pagamos sus compras para que se llevaran ‘souvenirs’ y no gastaran. Creo que todo el personal terminó feliz.
– Khairul Aming
Anunciando que cerrarían la fábrica de Sambal Nyet durante una semana, la gente podría haber supuesto que alguna vicisitud del mercado le habría dado en el trasto a las utilidades de la empresa de Aming, pero fue todo lo contrario, pues solo cerraron para agasajar a los empleados que se habían ganado, a ojos de su jefe, unas merecidas vacaciones, en las que no escatimó gastos.
El hotel de lujo era solo el comienzo
El simple hecho de que nos den el día libre es motivo de felicidad, pero en cuanto los trabajadores de la fábrica de Aming vieron el hotel PARKROYAL Langkawi Resort, perteneciente a la transnacional hotelera Pan Pacific, quedaron encantados, pues este les ofrecía spa, gimnasio con equipo de punta, una alberca sin fin, restaurante de lujo, vista íntegra, acceso directo a la paradisíaca playa de Pantai Tengah y una infinidad de otras amenidades. Sin duda, creyeron que la cosa no se podía poner mejor, pero se equivocaban.
Para redondear la experiencia y sin avisar “aguas van”, su jefe se los llevó al yate de lujo para darse una paseada de antología por las plácidas aguas del archipiélago de Langkawi. El crucero fue privado, para que no tuvieran que aguantar al público en general.
‘Vaya vaya, un jefe que no gasta en lujos para sí mismo’; ‘Increíble, eso debió costar decenas de miles de dólares y los invirtió en el bien de sus propios empleados’; ‘Oigan, ¿cómo le hace uno para conseguirse un jefe así en Malasia?’; ‘Mientras más damos, más recibimos’; ‘Parece genial tener un empleador así’.
Al final del viaje, Aming estuvo feliz de informar por medio de su cuenta de Twitter que la semana de vacaciones había sido todo un éxito y que todos los convidados ya estaban recargados con las pilas al 100 por ciento para dar lo mejor de sí luego de esas reparadoras y divertidas supervacaciones. Las redes sociales rápidamente dieron su beneplácito y felicitaron tanto al jefe por su gran corazón como a los empleados por tener alguien así que aprecie su esfuerzo.