María Luisa Villanueva Márquez, de 48 años, tuvo que ser cargada por custodios para que abandonara la cárcel en la que había estado presa durante 25 años por un presunto crimen que ella señala que no cometió, dejando solos a sus hijos, de entonces ocho años y otro de 11 meses. La mujer busca que el Estado reconozca la injusta encarcelación, así como ser declarada inocente y no tener un estigma bajo el estatus de culpabilidad.
El 2 de febrero de 2022, María Luisa fue sacada en contra de su voluntad del Centro Femenil de Reinserción Social en el municipio de Xochitepec, Morelos, en México. Su liberación se dio después de que Jorge Luis Gamboa, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del Estado de Morelos, le otorgara la excarcelación inmediata tras revisar su expediente y observar buena conducta.
Sin embargo, la mujer se negaba a abandonar el penal, alegando que no aceptaría el beneficio. Según María Luisa, el lunes 30 de enero, el presidente del TSJ le dijo que si no lo quería aceptar, era por capricho o porque estaba enamorada del penal por estar tantos años ahí. A pesar de que la mujer le mostró su postura y búsqueda por ser declarada inocente, la excarcelación fue obligatoria.
Me negaba a aceptar un beneficio porque me parecía indigno que después de haber sido torturada por cuatro días después que me fabricaron un delito y tras estar 25 años en la cárcel, haber dejado dos niños y perder todo. No se trataba de capricho, era dignidad.
—María Luisa Villanueva Márquez
Presa 25 años por secuestro a una menor
En 1999, María Luisa fue condenada a 30 años de prisión por el delito de secuestro, el cual asegura nunca cometió y que le fue imputado bajo acciones de corrupción por parte de las autoridades. Por ello se negaba a abandonar el reclusorio. El presunto crimen fue cometido el 22 de junio de 1997, cuando una niña de 12 años fue privada de su libertad en Huajintlán, Morelos.
Los secuestradores pidieron un rescate por la niña y la familia de la menor entregó un lote de joyas a cambio de su hija. Tras las persecución del crimen, en diciembre de ese año, el entonces procurador de justicia Carlos Peredo Merlo dio una rueda de prensa en la que presentó una banda criminal, identificada por el padre de la menor como los presuntos responsables del secuestro. Los acusados confesaron haber sido los autores del crimen y se les decomisaron las joyas intercambiadas con la familia.
El 6 de enero de 1998, mientras María Luisa, en ese entonces de 21 años, se encontraba comiendo con Catalino Martínez, su pareja, en un restaurante de Galeana, Zacatepec, en Morelos, policías encapuchados los detuvieron. La mujer afirma que escuchó a los hombres exigir una fuerte suma de dinero para dejarlos ir y luego fue ingresada a una casa de seguridad en donde fue torturada por cuatro días.
El 10 de enero fue presentada ante la entonces Procuraduría de Justicia, hoy Fiscalía General, donde los captores omitieron detalles de la detención y reportaron que la capturaron ese mismo día en la carretera. María Luisa fue vinculada al secuestro por el que recibió una condena de 30 años, así como una orden del pago de las joyas.
Busca justicia
María Luisa pasó 25 años en prisión por un crimen que supuestamente no cometió, hasta que fue liberada tras un beneficio que no solicitó.
Me parecía muy extraño que un presidente del Tribunal, cosa que nunca se había visto, fuera a ver una interna para proponerle un beneficio.
La mujer oriunda de Coyuca de Benítez, Guerrero, informó que presentará junto a sus abogados una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos por los hechos que enmarcan su caso. Además, aseguró que agotarán los recursos disponibles, incluso llegar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Tribunal del estado violenta los derechos humanos de María Luisa al impedir que ejerza libremente su voluntad. El día jueves fue literalmente lanzada a la calle (por seis custodios) mediante un acto patético de fuerza y brutalidad, violentando su libre determinación y sus convicciones.
—María Elena Medina, abogada de María Luisa