El Reloj del Juicio Final no es precisamente un reloj que marcha hacia el momento en que se acabe el mundo… bueno, al menos no exactamente, sino que es una alegoría que los científicos idearon para mostrar lo cerca que estamos de una catástrofe que acabe con el mundo tal y como lo conocemos debido a alguna catástrofe causada por armamentos nucleares, que, desafortunadamente, son mucho más abundantes que las cabezas frías. Así, mientras más cerca está el reloj de “La Media Noche”, significa que la comunidad científica ha estimado que hay más temores de que “llegue el fin”.
Cada enero desde 1947, año en que dio comienzo la Guerra Fría, el reloj se ha acercado y alejado de la terrible y temida Media Noche de la humanidad. Sin embargo, en 2023, este será reajustado por el Boletín de Científicos Atómicos. ¿Estamos en más peligro que el año pasado? ¿Nuestras posibilidades de supervivencia son mejores que en lo albores de la era atómica? Los 22 miembros de la Junta de Ciencia y Seguridad a cargo del boletín se reunieron para dar respuesta a esas acuciantes interrogantes, que serán respondidas oficialmente en su documento anual este 24 de enero de 2023.
Al tiempo no se le da marcha atrás… menos mal que al apocalipsis a veces sí
Lo bueno del asunto es que el reloj que marca el final de todos los tiempos no es un artilugio que marcha inexorable hacia adelante y, a través de la historia, ha ido avanzando y retrocediendo según la manera en que el mundo se vuelve más proclive a sumergirse o alejarse del Apocalipsis. El propósito de este artefacto siempre ha sido educar acerca de las armas nucleares y de las consecuencias de su existencia, así como de su potencial uso tanto a la comunidad científica como a la prensa y al público en general.
Luego de su instauración, el Reloj del Juicio se ha convertido en una metáfora universalmente reconocida que muestra qué tal van las cosas en el panorama mundial. Al estar a cargo de los investigadores llamados los Científicos Atómicos de Chicago, involucrados en el proyecto Manhattan que hizo posible el primer horror atómico con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, el reloj inició como un boletín informativo en el que se daban a conocer los peligros de la carrera armamentística atómica. En 1947 dio a conocer la representación del reloj, que empezó marcando unos meros siete minutos antes de la medianoche. El Boletín de los Científicos Atómicos ha tenido a grandes nombres como contribuyentes a través de los años, incluidos Albert Einstein y Julius Robert Oppenheimer.
Adelante y atrás: la manecilla fatal a través de las épocas
El Reloj del Juicio Final ha retrocedido 17 veces y avanzado siete durante su existencia. Inició su registro fatal a tan solo siete minutos antes de la medianoche y su punto más lejano de la crisis ha sido en 1991, marcando 17 minutos alejado de la Media Noche cuando Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron un tratado de reducción armamentística, seguido de la disolución de ese estado federal de repúblicas socialistas. La prueba de la primera bomba de hidrógeno por parte de Estados Unidos en 1953 fue también un punto álgido, posicionando al reloj a apenas dos minutos del fin.
En 2019 se avanzó peligrosamente a tan solo dos minutos del Fin del Mundo debido al estancamiento del tema de la reducción de riesgos nucleares, así como los problemas presentados por el cambio climático. En 2020, esos puntos críticos se agudizaron y en 2022, los riesgos representados por las numerosas armas nucleares, tecnologías que podían usarse para la guerra o para la manipulación de ese armamento, así como los estragos del covid-19 llevaron al reloj a meros 100 segundos de que todo se acabe. Ahora los científicos están evaluando la situación de desasosiego actual, entre la guerra de invasión a Ucrania por parte de Rusia y las crisis económicas y ambientales, para determinar dónde se posicionará la manecilla este año 2023.
¿Hacia dónde vamos, que no dejamos de mirar el reloj?
Aunque el anuncio sobre la posición del reloj en 2023 aún es un secreto fuertemente guardado, lo que sí se ha revelado es que el informe de 2023, por primera vez en la historia, será emitido directa y oficialmente en los idiomas ruso y ucraniano, por lo que se cree que el conflicto entre ambos países juega un papel preeminente en lo que viene para 2023 y eso no es nada halagüeño. El hecho de que los últimos dos años la manecilla haya permanecido un 66 por ciento más cerca del fin que durante la incepción de la primera bomba de hidrógeno tampoco es una buena señal.
En los últimos tiempos, el Boletín de los Científicos Atómicos, entre cuyas filas están 13 premios Nobel, ha llamado a un “despertar de emergencia” para enfrentar el peligro de los tiempos actuales. Aun así, los problemas ambientales, emisiones de gases de invernadero en niveles históricos, amenazas de acciones nucleares por parte del líder ruso Vladimir Putin y otras situaciones agravantes han impedido que la situación mejore y mucho se teme que la octava ocasión en que el Reloj del Día del Juicio avance ocurra este 2023. Solo queda esperar qué opinan los expertos el próximo 24 de enero de 2023 y ojalá sus percepciones sean menos fatalistas que las del resto del mundo.