Es común encontrar perros sin hogar deambulando por las calles, parques y escuelas; lo que no es tan frecuente es que estos animales abandonados se conviertan en “policías de seguridad”.
Desde el 2015, un perro callejero merodeaba las instalaciones del Instituto Tecnológico de Pátzcuaro en Michoacán, México. Mientras que algunas personas hubieran tomado la fácil y cómoda decisión de ahuyentarlo, los estudiantes de esta escuela optaron por algo más original y lo adoptaron.
Según la analista en ingeniería ambiental, Atheneas Torres, fue su hermana quien tomó la iniciativa de adoptar al can, desde entonces llamado Negro, y a otros dos que llegaron posteriormente, Yuli y Terry. La idea era promover el cuidado de los animales entre los estudiantes y propusieron a las autoridades escolares que permitieran a los perros quedarse a vivir en el Instituto.
El director aceptó la propuesta con la condición de que bañaran, vacunaran y estelirizaran a estos animales. Con el tiempo, los estudiantes y personal de la escuela no solo se habituron a verlos, sino que comenzaron a tenerles cariño.
Fue entonces cuando decidieron hacerles una identificación oficial para evitar que se extraviaran o que se los llevara la perrera municipal. Con ayuda de estudiantes de la carrera de Administración, el área de recursos humanos acreditó a estos perros como vigilantes de la institución educativa.
Atheneas aclaró que aunque estrictamente no son perros policías, sí acompañan a los guardias de seguridad en sus rondas vespertinas y nocturnas.
Gracias a una noble acción, estos animales abandonados lograron tener un hogar y hasta un puesto de trabajo en una universidad.