Una mujer en Ohio estuvo a punto de ser arrestada por dos oficiales después de que las autoridades recibieron un reporte de un supuesto secuestro. En la cajuela del auto de la implicada destacaban mechones de cabello negro, por lo que las personas que la vieron circular por las calles pensaron lo peor.
Toria Townsend, una estudiante de estilismo de 30 años, salió de prisa de sus estudios hacia su casa, arrojó a la cajuela de su coche una peluca y no se percató de que una parte de ella había quedado fuera del vehículo. Sin preocupación, regresó a su casa en Massillon, con el condado de Stark.
Un hombre que vio la peculiar escena anotó las placas del vehículo y no dudó en alertar a la Policía. Diez minutos después de que llegó a su casa, dos oficiales con un perro tocaron a la puerta de la casa de Toria. Sorprendida, escuchó a los uniformados decirle que habían recibido un reporte sobre el cabello en su cajuela.
Ella entendió rápidamente lo que estaba pasando y comenzó a gritar que se trataba de una de sus pelucas. Ccorrió al interior de la casa por las llaves del auto y abrió la cajuela para que los policías se percataran de que no había nada malo. Los oficiales no hicieron más que reír sobre la cómica situación que se presentó.
Sin resentimientos, Toria, quien trabaja con adultos mayores para obtener su título en servicios humanos y sociales, dijo que estaba contenta con la persona que hizo el reporte, pues consideró que era alguien que se preocupaba por la comunidad.
Cada vez que miras hacia arriba, no es un buen resultado cuando se trata de una persona de color y un oficial de policía. Cuando finalmente ves a esa persona bromeando y riéndose con una sonrisa, eso es increíble. Los policías fueron extremadamente amables. No hicieron suposiciones.
—Toria Townsend