En un país que continúa saliéndose de los cánones, el Partido Pirata -según las encuestas- ganará las elecciones el próximo sábado. Islandia tiene este partido progresista que amalgama anarquistas, libertarios, hackers, geeks y poetas.
Esta colección de filósofos y políticos no ortodoxos ha puesto de cabeza la política occidental y sus paradigmas anquilosados; sin embargo, los islandeses han decidido que quieren que los representen y tomen el gobierno de su país.
Aunque el Partido Pirata apenas se formó hace unos pocos años, su popularidad ha subido como la espuma. Sus propuestas están fuera de los libretos: la promoción del derecho a la privacidad, contra el espionaje en Internet, las libertades individuales, el encogimiento del aparato burocrático, entre otras cuantas.
Incluso, a Edward Snowden (quien originó los escándalos por el espionaje del gobierno de EU, incluso en contra de países aliados) se le ha ofrecido un salvoconducto como ciudadano de Islandia si el Partido Pirata logra la victoria. De hecho, los Piratas han experimentado un éxito impresionante en muy corto tiempo, tomando las políticas tradicionales por sorpresa.
El partido lidera con un 22.6% las encuestas, y muy probablemente gane el próximo sábado, lo cual ha sorprendido a los mismos Piratas. La cofundadora y líder, la poetiza Birgitta Jónsdóttir, dijo que su partido no es de izquierda ni de derecha, sino que es una mezcla de ambos.
“La gente quiere cambios verdaderos y entiende que tenemos que cambiar los sistemas, tenemos que modernizar nuestras leyes”, dijo.
“El Partido Pirata de Islandia fue fundado el 24 de noviembre de 2012, basándose en la ideología política del Partido Pirata Sueco, el cual fue creado por Richard Falkvinge en 2006 para lograr una reforma en el copyright de Internet”.
Obviamente, el mensaje está resonando, y uno de cada cinco ciudadanos de Islandia está en su favor , según los monitores. La tendencia en Islandia a favorecer a este partido radical empezó con la crisis financiera de 2008. En lugar de “rescatar” a los bancos por los desfalcos y los “errores” que los llevaron a la ruina, decidieron encarcelar a los banqueros.
En abril, la revelación de los Papeles de Panamá dio a conocer que el primer ministro, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, y su esposa tenían inversiones secretas que los hicieron millonarios en la crisis.
Aunque negó todas las acusaciones, la gente en Islandia tomó las calles para protestar por el conflicto de intereses. El 6.6% de los ciudadanos inundaron las calles y rodearon los edificios gubernamentales, exigiendo la salida de Gunnlaugsson. Poco tiempo después, renunció.
Se anunciaron nuevas elecciones, pero la gente estaba muy molesta con su clase política. Esa inconformidad explotó y eso causó que el nuevo partido se fortaleciera increíblemente. El profesor en historia política de Islandia, Ragnheithur Kristjánsdóttir, dijo:
“La desconfianza que por mucho tiempo había germinado, estalló. Los Piratas ahora están surcando esas olas, hemos tenido partidos nuevos antes, y se han desvanecido. Lo que es sorprendente es que mantengan la inercia”.
En las elecciones se decidirá quién ocupa posiciones de gobierno. Actualmente dos representantes Piratas están en el Parlamento.