Según el diario Stuff, Jamie Pink, líder de la pandilla de motociclistas Tribal Huk, dio 24 horas de plazo a todos los de vendedores de metanfetaminas para que salieran de Ngaruawahia, Nueva Zelanda, o tendrán que asumir las consecuencias.
Un día después declaro: “ya no hay más drogas en Ngaruawahia”. El ultimatum fue todo un éxito, y su ciudad quedó libre de vendedores de metanfetaminas, luego de que 10 casas fueron “purgadas”.
El jueves, Jamie Pink había dicho en una reunión comunitaria:
“Sabemos quiénes son y se tienen que ir. Tienen 24 horas máximo. Lo pedimos de manera educada, y luego se tienen que ir. No tenemos otra opción. Los niños lo piden. Se les pedirá de buena manera la primera vez.
“Por muchos años los Huks han mantenido fuera de Ngaruawahia a muchas otras pandillas, y siempre lo vamos a hacer; sin embargo no hemos mantenido su veneno fuera de aquí. Estamos un poco apenados por eso”.
Al día siguiente motociclistas con el parche de Tribal Huk fueron vistos patrullando el pueblo; sin embargo la policía, en voz del sargento Mike Henwood, dijo que no perdonaría ningún acto de violencia o intimidación, y que cualquier reporte sería tomado.
“Pedimos a los miembros del público que nos ayuden con información relevante para que pueda ser investigada propiamente; queremos que la gente no tome justicia por sí misma. La policía actúa en base a los reportes en la comunidad, y prioriza según sus medios”.
El líder de los Tribal Huk fue franco sobre sus tendencias violentas, pues ha estado en la cárcel por atacar a sus enemigos en el pasado; sin embargo explicó su plan de acción:
“Los vamos a atacar. Los atacaremos en la calle. Donde sea que paren”.
Ese mismo viernes cinco o seis traficantes empacaron sus cosas y se fueron, mientras que otros tuvieron que recibir “una mano” para irse. Esto coincide con los reportes de que en la ciudad de 5 mil habitantes, al menos un traficante fue atacado durante la “limpieza”. Pink les había dado hasta la 6:30 de la tarde del pasado viernes para dejar la ciudad, antes de que la pandilla empezara a visitarlos.
“Los que hicieron caso fueron acompañados hasta la salida; los que no, fueron atrapados y sacados. No hay más traficantes de meta en Ngaruawahia”.
Incluso una abuela reportó haber visto a miembros de la pandilla atacar a un traficante el sábado:
“Él cayó y va a tener un buen dolor de cabeza cuando se levante. No voy a decirles quién dio el golpe, porque no es de su incumbencia, pero puedo decir que no me gustaría ser un vendedor de crack en Ngaruawahia”.
La pandilla existe desde 1950,y sus miembros también son apodados como la “pandilla de los sandwiches” por los medios locales, pues Tribal Huks obtuvo la atención mundial cuando en 2014 hizo sandwiches para niños necesitados.
“No somos los pilares de la sociedad, pero hacemos algo bueno, eso es cierto. No importa lo que diga la gente, no nos pueden quitar eso”.