Un padre australiano llamado Rob Bridge, cuyo hijo murió después de tomar una droga sintética, se hizo pasar por un jefe del crimen para infiltrarse en las bandas que importaban esas drogas al país.
Rob se reunió con varios jefes de la droga en la ciudad de Hefei, en China, se identificó como un potencial comprador y discutió sobre la importación de las sustancias en Australia. Ellos le ofrecieron más de cinco tipos de drogas sintéticas y le garantizaron la entrega de hasta 200 kilogramos dentro de siete días.
El señor Bridge fue acompañado por un equipo de televisión del Canal Nueve, el cual grabó las reuniones con cámaras ocultas. Los traficantes les aseguraron que tenían mucha experiencia en enviar paquetes a Australia, y agregaron: “nosotros sabemos cómo funciona la aduana. No te preocupes, Australia es seguro”.
Luego, los proveedores le enseñaron cómo escondían la droga en bolsas selladas y en filtros para peceras.
Rob Bridge ha estado involucrando en estas peligrosas cruzadas para poner de relieve los peligros de las drogas sintéticas desde que su hijo Preston, de 16 años de edad, murió en 2013 después de tomar 25i-NBOMe, una droga sintética parecida al LSD que su amigo compró en Silk Road.
Aparentemente Preston, bajo los efectos de la droga, creía que podía volar y cayó desde un balcón.
Este valiente padre espera que sus esfuerzos inciten a la policía aduanera a acabar con el suministro de sustancias sintéticas, a fin de salvar otras vidas.
“Estamos al borde de que suceda una especie de tsunami debido a que estas drogas sintéticas están llegando y van a conseguir más y más muertes. Esto tiene que parar. Alguien tiene que detenerlo”.