Hay doctores que no le tienen amor a la profesión, y es una lástima. Esos mismos doctores son los que hacen mal su trabajo, como si alguien los estuviera obligando a hacerlo. ¡Hicieron el juramento Hipocrático!
Esto le pasó a un hombre de Vienna, quien fue operado del colon. Él quiso grabar las instrucciones que debía seguir en su recuperación, por lo que dejó su teléfono móvil encendido por si los doctores daban señas de algo que pudiera ayudarlo en el proceso.
Sin embargo, no sólo se enteró de los cuidados, también de que el equipo entero de doctores y enfermeras, se la pasaron hablando mal de él en la operación, insultándolo, poniéndoles apodos y burlándose de él. Tan pronto como presionó play, camino a casa y se sorprendió por su descubrimiento: Había grabado todo el procedimiento, y el equipo quirúrgico se había pasado toda la operación insultándolo.
Pero que movida tan estúpida de su parte, y como karma, este hombre demandó al hospital, al doctor y a la anestesióloga por haberlo bulleado mientras el estaba dormido. Aquí está una parte de la conversación:
https://www.youtube.com/watch?v=FDkanGX-L9Q
El teléfono registró todos los insultos, haciendo comentarios deplorables, incluyendo que el hombre tiene una enfermedad venérea, lo llamaron “retrasado” y “fastidioso”.
Tiffany Ingham, la anestesióloga, fue la principal autora que hizo los comentarios y también advirtió a los médicos que no tocaran el brazo del paciente, ya que podrían tener “alguna sífilis en el brazo o algo así”, y decir que “probablemente es la tuberculosis en el pene, así que estarás bien”.
Además de su vicioso comentario, los médicos discutieron quién daría aviso al paciente después de la colonoscopía, instruyendo a la asistente para que le mintiera.
Cuando la asistente notó que el hombre se encontraba mareado al ver una aguja colocada en su brazo, la anestesista comentó en la grabación: “Bueno, ¿por qué estás mirando, retrasado?”
Había mucho más, así que el hombre que, según las grabaciones es abogado, demandó a los dos médicos ya sus practicantes por difamación y negligencia médica y, después de un juicio de tres días, un jurado del condado de Fairfax ordenó al equipo pagarle 500.000 dólares.
El demandante, identificado en los documentos de la corte sólo como “D.B.”, quiso mantener su anonimato y no quería comentar sobre el caso, dijeron sus abogados, Mikhael Charnoff y Scott Perry.
Los abogados de los médicos argumentaron que la grabación era ilegal, pero los abogados del hombre señalaron que Virginia es un estado de “consentimiento de un solo partido”, lo que significa que sólo una persona involucrada en una conversación necesita estar de acuerdo con la grabación.
La anestesióloga, Tiffany M. Ingham, de 42 años, debió pagar 50.000 de los 200.000 en daños punitivos que concedió. Ingham ya no trabaja para el grupo Aisthesis, dijo un empleado, y los registros de licencias estatales indican que se mudó a Florida. Un portavoz de Aisthesis afirmó:
“Pedimos disculpas a este paciente, y lamentamos la angustia y el sufrimiento que causó este desafortunado incidente. La anestesióloga involucrada ya no está en nuestra práctica. Una vez que nos enteramos de este incidente nos aseguramos de que cada miembro del personal de anestesia revisara y reiterara su compromiso de cumplir con el código de ética de nuestra organización profesional”.
Cuiden sus palabras, uno nunca sabe cómo van a acabar las cosas.