Es bueno mantener una vida sana, con una alimentación adecuada, pero de vez en cuando no está mal darse un gusto y probar algo de lo que se considera “comida chatarra”, aunque esto trae un grave riesgo: que te guste y ya no puedas parar.
Michael tiene 86 años, vive en Hampshire, Reino Unido, y durante todo ese tiempo se había negado a consumir esos alimentos que no considera sanos y que a sus nietas les encantan, como las hamburguesas de McDonald’s.
Michael creció en el campo, por lo que desde niño se acostumbró a la comida casera que le preparaba su mamá, así que no consideraba necesario ir a esos locales de comida rápida, pues ni siquiera se le antojaba lo que ahí venden.
Ya con 86 años, sus nietas Poppy y Lily, de 12 y 9 años, respectivamente, lo convencieron de que las acompañara a un McDonald’s y ya sabes, ¿qué no hace un abuelito por sus nietos? Por supuesto que subió al automóvil, que era conducido por su hija Charlotte.
La familia estaba emocionada, pues en estos tiempos parece raro que alguien que vive en una ciudad no haya probado al menos una vez alguno de los productos que se venden en la franquicia. Incluso Charlotte le comentó a la cajera que su padre comería una hamburguesa con queso de McDonald’s por primera vez en su vida.
Por supuesto que todos, incluso los empleados, estaban a la expectativa de ver cuál sería la reacción de Michael con la primera mordida a su hamburguesa. Al no estar acostumbrado a algo así, tal vez esperaban que no le gustara, pero sus palabras fueron: “Me encantó”.
Ahora me gusta McDonald’s porque encontré ricas sus hamburguesas y, además, a buen precio. Nunca había comido antes ahí y me complicó un poco ir, pero ahora que lo probé, siento que es grandioso. Realmente lo disfruté.
-Michael
La buena noticia es que el abuelo se la pasó muy bien. La mala es que como le gustó, ahora tendrán que regresar y empezar a llevarlo a otros lugares de comida rápida. Solo esperamos que después de llevar una vida más sana, esto no vaya a dañar su salud.