Las tiendas de antigüedades y de segunda son un lugar perfecto para encontrar varatijas, cosas curiosas de otras épocas como tocadiscos o libros a muy bajo precio; aunque a veces nos llevamos tremendas sorpresas con las cosas que nos topamos. Incluso existen galerías dedicadas a las cosas más locas que puedes encontrar en tiendas de segunda mano.
Pero qué pasaría si de tras de todos los zapatos viejos y la ropa pasada de moda, se encontrara un tesoro sin descubrir, eso ya no sería gracioso, sería suerte. A veces sólo es necesario buscar más allá de lo que nuestros ojos pueden ver para encontrar un objeto que nos convierta en millonarios.
Tomen como ejemplo estos 14 objetos, que fueron comprados en una tienda de antigüedades por un par de dólares y ahora sus dueños son, en algunos casos, hasta millonarios:
1. La declaración de independencia
Precio de compra: 2.48 dólares
Precio de venta: 477,650 dólares
A menos que seas Nicolas Cage en El Tesoro Perdido, nunca llegarás a tocar una copia original de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos… o tal vez sí. Hace algunos años, Michael Sparks se encontraba en una tienda de segunda mano en Nashville, Tennessee, donde encontró un viejo y bien doblado documento. Cuando lo desenrolló, Sparks encontró una copia de la Declaración de Independencia. Las copias existen por montones, y es sencillo darles ese toque “vintage” y desgastado, pero esta Declaración era distinta, era un papel diferente, hermoso, y enseguida supo que debía ser de él, así que procedió a pagar la módica cantidad de 2.48 dólares por ella.
Despues de investigar más sobre el documento encontró que valía muchísimo más. Lo llevó a una casa de empeños, donde la dictaminaron oficialmente como una copia oficial de la Declaración de Independencia. Al parecer, hace 197 años, en 1820, John Quincy Adams había encomendado 200 ejemplares de la Declaración, y se sabe que 35 de ellos aún existen.
Después de una restauración menor, Sparks la puso en subasta, y la vendio en casi medio millón de dólares.
2. Un bolso de Philip Treacy
Precio de compra: 32 dólares
Precio de venta: 350,000 dólares
John Richard era un cazador de antiguedades aficionado, originario de Gran Bretaña, y uno de sus lugares habituales para sus búsquedas era Oxfam, que es una tienda de segunda mano británica. En una caja polvorienta en el rincón más oscuro de la tienda, encontró este bolso. Se podía ver que era un bolso de alta calidad, así que se fue a regatear el precio con el vendedor, quien no cedió ante el regateo, por lo que Richard terminó pagando más de lo que pensaba por ese polvoriento bolso
Después de mirar detenidamente se dio cuenta de que era un diseño de Philip Treacy, así que lo llevó a una tienda para que lo evaluaran. En lugar de sólo llevar la etiqueta, este monedero en particular fue hecho a mano por el mismísimo Treacy, cosido a mano y con un diseño de Elvis Presley que fue creado por Andy Warhol. Sólo 10 de estas bolsas se habían hecho y se habían vendiendo originalmente por 315 dólares, pero ahora vale mucho más.
Richard recibió el interés de dos compradores privados, con ofertas de más de 350 mil dólares, pero a él le gustaría conseguir más.
3. Huevo Faberge
Precio de compra: 14,000 dólares
Precio de venta: 30 millones de dólares
Tal vez este no sea un descubrimiento barato, pero es asombroso. Un comerciante de chatarra encontró este huevo en un mercado de pulgas y quería comprarlo por el oro. Iba a derretirlo, pero luego decidió que lo revisaría primero. Resulta que es uno de los 50 huevos imperiales de Fabergé, que todavía existen. No se sabe nada del propietario actual, si se ha vendido o se protege.
4. Una pintura comprada en Goodwill
Precio de compra: 9.99 dólares
Precio de venta: 34,375 dólares
Goodwill son tiendas de segunda mano creadas específicamente para ayudar a las personas que menos tienen, ya sea que compres en ella y el dinero se va a buenas causas, o que la gente con menos recursos compre lo que ven ahí. Como sea, Beth Feeback se dirigía a un show de arte a vender sus propias pinturas de gatos, cuando en su camino se cruzó un Goodwill y decidió entrar a comprarse algo que la mantuviera caliente, pues hacía frío ese día. Encontró una muy cálida manta y dos enormes pinturas.
A Beth no le gustó mucho lo que vio plasmado, pero aún así las compró para reutilizar los lienzos. Cada pintura le costó 9.99 dólares, lo que consideró como robo, pues las pinturas no eran muy bonitas.
Al entrar a la muestra de arte, le mostró su adquisición a una amiga, quien notó que la etiqueta, en la parte posterior, acreditaba las telas a la galería de arte de Weatherspoon en Carolina del Norte. Como se trataba de una galería en un campus universitario, ocasionalmente había algunos artistas de renombre cuyo trabajo se mostraba ahí. Su amiga le sugirió buscar más información sobre ellos.
Resulta que esas pinturas eran de una famosa artista del abstracto, Ilya Bolotowsky, cuyo valor en subasta subió hasta casi los 35 mil dólares. Qué bueno que no arruinó esos cuadros.
5. Un póster de Picasso firmado
Precio de compra: 14 dólares
Precio de venta: 7,000 dólares
A veces el amor por las cosas baratas te lleva a embolsarte algo de dinero, y Zachary Bodish lo sabe. Él iba en busca de cosas vintage, y encontró este póster que anunciaba una exhibición de Pablo Picasso. El pensó que era una excelente reproducción, así que lo compro por 14 dólares.
Al llegar a casa, Bodish hizo un poco de investigación acerca de ese papel, y encontró unas marcas rojas al final del póster. Resulta que era la firma del mismísimo Picasso, y este no era un póster ordinario. Lo llevó con unos expertos en arte, los cuales descubrieron que era un linocut, un proceso en el que Picasso talló un diseño en linóleo, que luego fue entintado y presionado sobre papel.
Este cartel fue creado para la demostración anual del alfarero en la ciudad de Vallauris, Francia, en 1958. Como había solamente 100 de estos carteles hechos, y éste era el número 6, lo hizo aún más valioso, 7,000 dólares más valioso, para ser exactos.
6. Una litografía de nariz roja
Precio de compra: 12.34 dólares
Precio de venta: valuado por 9,000 dólares
Caballeros, parece que Goodwill es el lugar perfecto para encontrar tesoros. Hace algunos años, Karen Mallet estaba en la tienda viendo nada en particular, cuando encontró una pintura abstracta en blanco y negro, con una nariz roja gigante. No le gustó mucho la pintura, pero sintió interés por la firma en la esquina, un Alexander Calder. No estando segura de si era real, la compró de todos modos.
Al hacer una investigación respecto al artista, descubrió que había creado litografías autorizadas de su pintura, por lo que la firma era real. Llevó la gran impresión a ser autentificada y resultó ser real, era la copia número 55 de las 75 litografías existentes, creadas en 1969.
Una renombrada compañía de arte la valuó por 9 mil dólares, pero decidió que se la quedaría, pues cree que es cuestión de tiempo para que suba su precio y en ese momento la venderá al mejor postor.
7. Una foto de Billy the Kid
Precio de compra: 1 dolar
Precio de venta: valuada por 5 millones de dólares
Randy Guijarro es el tipo de hombre que pasa sus días alegremente buscando tesoros en las tiendas de segunda mano. Por fortuna, su tiempo invertido en ellas le ha pagado. Resulta que hace algunos años miraba dentro de cajas llenas de basura, cuando encontró tres viejas fotografías impresas en hojas de metal. Le gustaron bastante, por lo que compró las tres por 3 dólares.
Al llegar a casa tomó una lupa y empezó a mirar con detalle su adquisición. En eso, reconoció a un personaje de la fotografía, al famoso forajido Billy the kid. Buscó imágenes de Billy y su pandilla, y encontró fotografías donde las caras coincidían con las personas de la fotografía.
La llevaron a coleccionistas, quienes estaban escépticos, y se tomaron su tiempo en autentificar la fotografía. Después de un año se las habían arreglado para identificar a las 18 personas en esa imagen, todos coincidían con la banda de Billy the kid jugando croquet.
Hasta el momento sólo hay una foto más de Billy en existencia y se vendió por 2.3 millones de dólares en 2011. Por el momento, Guijarro tiene la foto valuada y asegurada por 5 millones de dólares.
8. Un inusual reloj
Precio de compra: 5.99 dólares
Precio de venta: 39,000 dólares
Zach Norris fue a Goodwill, el mejor lugar del mundo, y se dirigió a la sección de los relojes. Su pasión por los relojes vintage lo hacían encontrar cosas notables entre el montón; y mientras veía en una canasta llena de relojes baratos sin pila encontró un tesoro muy raro.
Era un Jaeger-LeCoultre de 1959. Solo se habían hecho 900 de ellos en el mundo, y Norris lo reconoció de inmediato. El reloj estaba un poco deteriorado, pero aún en buenas condiciones, y definitivamente valía más de lo que su precio decía; 5.99 dólares.
Lo compró y después lo llevó a autentificar; era legítimo. Norris se lo quería quedar, pero estaba a punto de casarse y el dinero le era más util, así que después de varias ofertas de coleccionistas, aceptó 35 mil dólares y un Omega Speed Master de 4 mil dólares.
9. Un collar hecho por Alexander Calder
Precio de compra: no se sabe
Precio de venta: 267,759 dólares
Una desconocida mujer, proveniente de Filadelfia, se encontraba comprando en un tianguis de pulgas cuando se encontró con una vieja pieza de joyería que llamó su atención; un inusual collar que por supuesto compró. Años más tarde, mientras visitaba el Museo de Arte de Filadelfia, se topó con una exhibición de joyas del escultor Alexander Calder, y algunas piezas lucían similar a su compra en aquel tianguis de pulgas.
En seguida contactó a la Fundación Calder, en Nueva York, quienes le confirmaron que la pieza era real, un collar de plata de la colección de 1940. Por supuesto que la subastó, llegando a los casi 270 mil dólares por algo que le ha de haber costado 3 cacahuates.
10. Una pintura de Jackson Pollock
Precio de compra: 5 dólares
Precio de venta: 9 millones dólares
Hace casi 25 años Teri Horton llegó a una tienda de segunda en busca de un regalo pequeño para un amigo, y encontró esta enorme y “horrible” pintura, la cual negoció para pagar por ella de 8 a 5 dólares. Se la dio a su amigo y ambos rieron y bromearon con tirarle dardos, finalmente terminó arrumbada en el sótano.
Algún tiempo después la intentaban vender en una venta de garage que hicieron, cuando un profesor de arte sugirió que esa pintura podría ser un trabajo de Jackson Pollock. Sin saber de quién hablaba, Horton hizo una pequeña investigación y descubrió que podría ser una pintura original.
Lamentablemente, el mundo del arte no estaba de acuerdo con ella. Como no conocían la procedencia de la pieza, no podían certificarla. Horton no fue disuadida, y contrató a un especialista forense que encontró una huella dactilar en la parte posterior del lienzo que coincidía con las huellas dactilares encontradas en el estudio de Pollock. Además, la pintura también coincide con la pintura encontrada en el piso de su estudio. Sin embargo, el mundo del arte no estaba de acuerdo, y le dijeron que si era real, podría obtener más de 50 millones por ello. Pero no lo confirmarían como auténtico.
Los coleccionistas, sin embargo, estuvieron muy interesados en ella, y le ofrecieron hasta 9 millones de dólares. Horton se niega a venderla hasta no llegar al precio original de 50 millones.
11. Una pintura de hace 350 años
Precio de compra: 3 dólares
Precio de venta: 190,000 dólares
Se sabe que esta pintura la compró un tipo llamado Leroy, quien se dedicaba a comprar antigüedades y encontró esta pintura en la mejor tienda de todas, Goodwill. El sabía que el marco era aproximadamente del 1800, por lo que supuso que la pintura era del mismo periodo. Pensando en venderla por unos cientos de dólares, compró la pieza por sólo 3.
La colgó por un tiempo en su casa y, después de un año, su nuera le dijo que tenía la leve sospecha de que el cuadro valía más de lo que Leroy pensaba, así que lo llevó a valuar. Descubrieron que la pintura provenía de una escuela flamenca en Amsterdam, a mediados del siglo XVII. Entonces, 200 años después, alguien la enmarcó, lo que quería decir que la pintura valía unos 20 mil dólares y sumando el marco podría llegar a los 30 mil.
Sin embargo, al momento de ponerla a la venta consiguió 190 mil dólares por ella. ¡Qué buen vendedor resultó Leroy!
12. La Copa Libia china
Precio de compra: 4 dólares
Precio de venta: 75,640 dólares
Este maravillozo pedazo de historia fue comprado en Australia, luego de que un comprador anónimo la encontrara en un tianguis de pulgas. Al comprador le encantó el diseño y lo compró por 4 dólares, pero jamás por su cabeza pasó que pudiera valer mucho más; así que enviaron una foto a alguien de Sotheby’s que sugirió que podría ser una auténtica “Copa Libia” china del siglo XVII tallada en cuerno de rinoceronte.
En la subasta un coleccionista ofreció 75 mil dolares por ella.
13. La sudadera original de Vince Lombardi
Precio de compra: 0.58 centavos
Precio de venta: 43,020 dólares
Sean y Rikki McEvoy tenían el hábito de dirigirse a las tiendas vintage para encontrar ropa que puedieran renovar y vender en línea. Durante uno de sus viajes, encontraron este interesante suéter que decía “West Point” en él. Como era extremadamente barato, lo compraron y lo llevaron a casa. El suéter estaba lleno de agujeros y, originalmente, Rikki iba a parchar los agujeros y dárselo a su marido. El suéter estuvo en su sótano durante meses.
Tiempo después, la pareja se encontraba viendo un documental acerca del legendario entrenador de fútbol americano, Vince Lombardi, y estaba vistiendo exáctamente la misma prenda con la frase “West Point” escrita en él. En seguida los McEvoy corrieron al sótano, tomaron la sudadera y vieron escrita en una pequeña etiqueta el nombre Lombardi. La pareja llevó la prenda a una compañía que la evaluó y determinó que efectivamente era de Lombardi.
La pareja puso la sudadera en venta, y un comprador ofreció 43 mil dólares por ella.
14. Un reloj Q usado por Sean Connery
Precio de compra: 38 dólares
Precio de venta: 160,175 dólares
En Inglaterra, un caballero se encontraba en un tianguis de pulgas donde encontró este Breitling de mano y lo compró por lo equivalente a 38 dólares. Al hacer una investigación al respecto, descubrió que era el reloj que había sido utilizado por Sean Connery cuando interpretó a James Bond en la película Thunderball. Lo llevó a una casa de subastas donde determinaron que era más valioso de lo que pensaban, pues fue el primer reloj que Q Branch modificó.
El reloj se terminó vendiendo por 160 mil dólares.