Un niño de tan solo 3 años demostró increíble inteligencia y actuó de manera heróica al salvar a su padre. El pequeño evitó que su papá cayera en un coma diabético cuando estaba inconsciente en la cocina. Abrió un yogurt y se lo dio, estabilizando sus niveles de glucosa.
El pequeño Lenny-George Jones se las arregló para alcanzar dos botecitos de yogur del refrigerador en su casa en Doylsden, en Inglaterra, subiéndose a su pequeña silla. Sin embargo todavía es muy pequeño para alcanzar los cubiertos o algún otro utensilio, así que fue a su cocinita de juguete y tomó un cuchillo de plástico.
Con el cuchillo abrió el yogur y lo usó como cuchara para ponerlo en la boca de Mark, el padre de 34 años de edad. La glucosa se estabilizó en el hombre diabético, y volvió en sí, pudiendo entonces levantarse y tomar sus pastillas de glucosa.
La madre, Emma, de 31 años de edad, está muy orgullosa de Lenny, y dijo que si no hubiera actuado, las cosas podrían haber sido muy distintas. “Él salvó su vida”, dijo ella.
“Mark es diabético tipo 1 y tiene que tomar insulina cuatro veces al día, era un domingo por la noche, yo necesitaba ir con mi madre, que está a dos minutos de nuestra casa, y los dejé viendo la televisión.
“Me fui por unos 30 minutos y cuando regresó estaban en el sofá. Mark no se veía bien, así que le pregunté: ¿qué pasó? Lenny volteó y me dijo, ‘salvé a papá’, y Mark dijo que era cierto”.
“No sé cómo sacó el yogur del refrigerador, pero su sillita azul de madera estaba a un lado, así que parece que la arrastró para pararse en ella, y se las arregló para darle a Mark suficiente yogur para subir sus niveles de azúcar”.
“Podría haber sido un escenario completamente distinto si hubiera estado en la cama o si Lenny no hubiera hecho lo que hizo. Pudo haber sufrido un coma diabético”.
Emma asegura que los niveles de azúcar de Mark estaban en 1.1, cuando lo normal es entre 4 y 7.
Además explicó que nunca le han enseñado a Lenny a hacer algo así en caso de ser necesario. Pero asegura que es posible que haya visto eventos en el pasado, en que veía que cuando Mark se ponía mal, abría el refrigerador para comer algo. “Si no toma un chocolate se come un yogur”, detalló.
“Él es un niño muy amable y considerado. Su hermano mayor, Oliver, tiene 8 años, y tiene dificultades de aprendizaje, y es él es muy atento con él. Es el clásico niño que se mueve a 100 km/h por la casa y que no escucha a su madre, por eso me sorprende más lo que hizo”, dijo la madre.