Las fotografías que se pueden encontrar en internet resultan fascinantes, sobre todo las de aquellos animales que no conocemos porque simplemente no existen en nuestra zona geográfica y se alejan aún más de nuestro imaginario. Sin embargo, existen y conviven con otras personas, animales y biodiversidad. Aunque debemos admitir que algunos de ellos pueden resultar algo aterradores.
Tal es el caso de una fotografía que ha estado circulando por internet durante muchos años en la que se ve un murciélago del “tamaño de una persona”. Esta atemorizante imagen podría salir de cualquier cuento o película de vampiros, pero, aunque parecería una edición hecha por computadora, las fotografías son totalmente reales.
Sin embargo, no se trata de un “hombre murciélago”, un vampiro o algún nahual descansando, sino de los animales conocidos como zorros voladores. En realidad, no son zorros, sino murciélagos, pero reciben este nombre por el gran parecido que tienen en el rostro. El zorro volador filipino o murciélago diadema es un murciélago gigante endémico de Filipinas y vive principalmente en las selvas, pero raramente se le ha visto descansar en las zonas urbanas.
Tienen un hocico alargado, grandes ojos brillantes y orejas puntiagudas, lo que les da un aspecto de zorros con alas. A pesar de que en las fotos parecen del “tamaño de una persona”, en realidad tiene una talla entre los 17.8 y 29 centímetros y un peso de hasta 1.2 kilos. Lo más distintivo son sus alas, las cuales tienen una envergadura de hasta 1.7 metros.
A pesar de su imponente tamaño, no hay que temerles, pues son animales que solo comen frutas y, en ocasiones, mastican hojas, por lo que no representan ningún peligro para los humanos. Sin embargo, los humanos se han vuelto una amenaza para estos grandes murciélagos, ya que los han colocado poco a poco como una especie en peligro de extinción.
La deforestación y la caza furtiva para utilizarlos como alimentos ha reducido la población de los zorros voladores que se encuentran únicamente en Filipinas. En algunas de las islas, estos murciélagos han desaparecido completamente. Aunque el gobierno y las ONG han intervenido en el rescate de los pocos especímenes en áreas naturales, la afectación en su hábitat natural cada vez es mayor.