A veces la borrachera es inevitable y pasarse de copas con los amigos no te ha de ser extraño, pero a veces, más allá de tener los riesgos comunes a una resaca, se presentan problemas más graves, que incluso pueden cambiar tu vida para mal. Tal fue el caso de una joven estadounidense que estuvo a punto de perder una pierna por ese motivo.
Julia Lauren, oriunda de Toronto, Canadá y egresada de Filosofía, no le huye a una fiesta amistosa y los alcoholes no están fuera de su rango de conocimiento, pero hace tres años se las vio negras cuando tuvo complicaciones médicas por sucumbir a uno de los síntomas de la resaca: el cansancio extremo. La chica despertó para descubrir un problema que casi le costó la pierna, pero, afortunadamente, logró salvarse.
La advertencia: “Todo es risa y diversión hasta que casi pierdes la pierna”
En serio, jamás, nunca se desmayen estando borrachos. Intentar que se te pase la borrachera durmiendo es una idea sumamente peligrosa y nunca deben intentarlo. Lo mejor que pueden hacer es simplemente comer algo y beber agua, así como tratar de recuperar la sobriedad en medida de lo posible antes de ir a dormir, eso sería lo más seguro.
– Julia Lauren
Tres años atrás, luego de haber tenido una noche de excesos, Lauren terminó tan afectada por el alcohol que se desmayó y terminó en una posición poco ortodoxa, acurrucada sobre sus propias piernas. Cuando volvió en sí, se dio cuenta de inmediato de que algo no iba bien, pues no era capaz de mover sus extremidades inferiores sin importar cuanto se esforzaba, pero pronto notaría que las cosas iban mucho peor de lo que creía.
El terror y la incertidumbre: no hagan esto en casa
Cuando me desperté, no podía mover las piernas en lo absoluto; mi cuerpo estaba completamente hinchado con líquidos, prácticamente rezumando fluidos. El efecto era tan impresionante que daba la impresión de que había aumentado unos 23 kilogramos desde que me caí inconsciente hasta que me desperté.
– Julia Lauren
Lauren estaba asustada entonces, pero ni se imaginaba lo que estaba por venir. La cosa no mejoraba para nada con el tiempo y fue necesario que los paramédicos le entraran al quite y se la llevaran hasta la ambulancia. El síndrome compartimental que había sufrido por aumento en la presión debida a la circulación cortada en sus piernas podía dañar músculos y nervios y en el hospital tuvieron que empezar un tratamiento que resultó un viacrucis, penoso pero necesario para salvar sus piernas
Una larga y dolorosa recuperación… y traía moraleja
Esta situación resultó en tres cirugías en mi pierna izquierda, que tuve mucha suerte de poder salvar: el músculo se deterioraba a tal ritmo que intoxicaba mi torrente sanguíneo y necesité hasta diálisis y transfusiones de sangre. Me hospitalizaron por cinco semanas, dos de las cuales tuve que pasar en la unidad de cuidados intensivos.
-Julia Lauren
Según el testimonio de Lauren, el dolor era tan grande por el daño nervioso que ni los analgésicos podían aplacarlo. Por desgracia, nunca se recuperó por completo y ahora siempre siente la pierna dormida a pesar de haberla salvado. Así que, moraleja: Si borracho te da sueño, bájale a la intoxicación aunque te dé flojera ponerte en pie, no vaya ser que por no hacerlo, despiertes sin piernas qué utilizar.