Ni siquiera traten de negar que alguna vez hicieron trampa en un examen porque todos lo hemos hecho, pero al menos a ninguno de nosotros nos han llevado a la cárcel cuando nos descubrieron. Es como dicen: lo malo no es hacer trampa, sino que te atrapen haciéndola.
El fisiculturista Amir Lorzadeh de 38 años quiso pasarse de listo en el examen escrito para su licencia de conducir, pero no conforme con una, lo hizo tres veces. Este musculoso de Birminghan en Reino Unido creyó que nadie descubriría sus trucos y ahora está en prisión por tramposo.
En el 2017 Amir hizo su primer examen y según la ley él podía usar unos audífonos especiales para traducir las preguntas. Sin embargo, el encargado de aplicar la prueba vio que él estaba usando otro pequeño auricular con Bluetooth. Cuando lo descubrieron le pidieron que se fuera sin terminar la prueba.
Pero él no escarmentó. En el 2018 volvió a hacer el examen, pero trató de volver a hacer trampa usando ese “acordeón” para responder las preguntas. De nuevo lo pillaron y otra vez lo expulsaron de la prueba.
Cualquier pensaría que con estas dos veces bastarían para que abandonara sus esfuerzos de engaño y se pusiera a estudiar. Pero Amir simplemente cambió de técnica: en lugar de usar un audífono, envió a un hombre que era muy parecido a él para que hiciera el examen.
El aplicador de esta tercera prueba en el municipio de Redditch en Inglaterra se dio cuenta de que Amir había enviado a su “doble”, por lo que dio aviso a la policía. Los oficiales buscaron al fisiculturista y lo arrestaron. A lo mejor el doble no tenía cuadritos en los cuadritos del abdomen y eso lo delató.
El juez Jason Taylor se dio cuenta de que Amir no estaba para nada arrepentido de sus trampas y como castigo lo condenó a pasar 11 meses en la cárcel.
Solo quería tener una licencia para conducir, pero ahora tendrá que explicarle a sus compañeros de celda que está cumpliendo una condena por enviar a su doble al examen de manejo. Hasta para hacer trampa hay que ser inteligente.