Cuando se trata de enseñar, no cabe duda de que siempre preferiremos que nuestro profesor sea bien entendido de su materia, sin importar de qué se trate. Ya sea que nos enseñe a andar en bicicleta o física de cohetes, es obvio que un experto es siempre el ideal para que los estudiantes se pongan las pilas y tengan las mejores posibilidades de aprender su materia. Sin embargo, un reciente video nos ha causado tanta risa como cringe al escuchar a una prospecta profesora de inglés fracasar en su entrevista.
En una escuela hondureña, pusieron a prueba a la profesora identificada como Lilia Landa, que aspiraba a dar clases de inglés en nivel básico (niños de primaria de primero a sexto grado), pero al momento de ser evaluada, resultó que no entendía ni papa de lo que el entrevistador le preguntó. Ya viéndose arrinconada, la entrevistada reviró “Bueno, pues es que no nos entendemos porque él estudió en curso y yo hice un diplomado”.
¡Quihúbole, miss! Solo un par de questions
El video inicia con una explicación de que se iba a evaluar a la “profesora Landa” para determinar cuál es su nivel del lenguaje extranjero que quiere impartir en un curso. Luego el profesor de “bilingües sociales” (presumiblemente el departamento que se encarga de idiomas extranjeros y de ciencias sociales) asignado para la evaluación le da la bienvenida a la profesora y le pide que conteste algunas preguntas.
Aunque el entrevistador tampoco muestra muy buen nivel de inglés, con algunas palabras mal pronunciadas, el mensaje en general quedaría claro para alguien con un nivel básico de inglés. Además, de ser medianamente competente, hasta podría haber corregido al entrevistador que se vio algo “trocho”. Pero en lugar de eso, la “miss” se quedó en blanco y malinterpretó cada pregunta que se le hizo, contestando puras incoherencias, o de plano diciendo sandeces ininteligibles.
Hasta la teacher Jacqueline Jones terminó embarrada: “I have an award for joven student“
Vamos a tomarnos un tiempo para evaluar su nivel de inglés y determinar si está preparada para impartirlo, así que hagamos esta entrevista amena, por favor. Primero diga su nombre y luego diga cuál sería su plan para enseñar su materia en la escuela.
– Entrevistador, iniciando la evaluación en inglés
Al comienzo de la entrevista, miss Landa no capta más que la palabra “school” (escuela), por lo cual dice “No, no fui a una escuela, hice un diplomado”. Consciente de que no le entendía nada, su entrevistador intentó una pregunta más sencilla: “¿Qué grado quiere enseñar?”, pero la profesora ni cuenta de qué le preguntaban, y nomás alcanzó a entender “teach” (enseñar) y así se le ocurrió ventanear a su propia maestra, diciendo que “la teacher Jacqueline Jones” le enseñó. La verdad, no parece haber hecho un buen trabajo. Finalmente, cuando le preguntaron “¿Cuántos estudiantes tiene ahora?”, ella dice algo así como “No conozco ningún estudiante, yo tengo el reconocimiento a “joven student”.
Ya compañero, ya déjela…
Al final, todo mundo, entendido o no de inglés, se dio cuenta de que la “potencial profesora” no daba una y tenía en aprietos al profe que la entrevistaba, pues cuando ella atinó a preguntar “¿Qué me está diciendo?”, el entrevistador le aclaró en inglés “Estamos aquí para ayudarle a traducir lo que diga a la gente de la junta directiva, dígale lo que sea a estas personas, preséntese, diga su nombre, su edad si está casada, cualquier cosa que quiera decirles”, pero la única palabra que miss Landa captó fue “name” (nombre), por lo que se dirigió a la mesa evaluadora y dijo su nombre, Lilia Landa. De plano, el entrevistador estaba empeñado en ayudar a la pobre despistada, pero la mesa evaluadora le puso un “hasta aquí” al patético espectáculo, que evidentemente había hartado a más de uno, diciendo “Bueno, sí, ya, compañero, ya”.
Sin embargo, la “profesora Landa”, que se dio cuenta de que su puesto se le escapaba de las manos, en una desesperada maniobra, intentó explicar que “hablaba inglés básico” y que su entrevistador estaba usando un “inglés demasiado avanzado”, pero desde la mesa evaluadora, alguien dice “Yo no le entiendo, paremos la entrevista”. Querían dar punto final al penoso asunto, pero Lilia Landa no se aguantó de explicar que no era su culpa, exponiendo: “Lo que quiero decir es que yo aprendí inglés en un diplomado, y el entrevistador lo aprendió en un curso”. Obviamente ese argumento no convenció a nadie, y solo podemos esperar que esa demostración de incompetencia haya bastado para salvar a los muchachos de una profesora que de plano no conoce su materia.