Caballeros, en últimos años hemos visto al mundo consumirse en llamas poco a poco; desde los incendios forestales en California, pasando por la selva amazónica el año pasado y terminando con el desastre ecológico actual en Australia, sin embargo, ver lugares en llamas no es nada nuevo.
Aunque los ejemplos que dimos al principio son desastres que han dejado pérdidas incuantificables, existen lugares que se encuentran en llamas a todas horas por motivos naturales. Muchos de ellos son geniales, otros tantos dan miedo, pero hoy hablaremos de todos ellos, pues son espectáculos de la naturaleza dignos de conocer.
1. Las puertas del infierno, Turkmenistán
Este lugar es uno de los más sorprendentes del mundo, pues lleva quemándose desde 1971. Se trata de un cráter de poco más de 70 metros de ancho, causado por una plataforma de perforación soviética que accidentalmente colpeó una caverna masiva llena de gas natural. El suelo se derrumbó, la plataforma cayó y comenzaron a salir estos gases venenosos. Para evitar una catástrofe ambiental, prendieron fuego con la esperanza de quemar los gases. Sin embargo, 40 años después aún sigue quemándose.
2. Montaña de fuego (Yanar Dag), Baku, Azerbaiyán
En el siglo XIII, Marco Polo escribió que se encontraron llamas misteriosas en toda esta área inexplorada, y desde entonces se han hecho leyendas y religiones sobre ella. Estas llamas naturales se atribuyen a las enormes reservas de gas bajo tierra. Si bien la mayoría de las llamas naturales se extinguieron cuando el gas comenzó a exportarse, todavía hay un enorme muro de llamas en Yanrar Dag. Según leyendas locales, un granjero arrojó accidentalmente su cigarrillo en la década de los 50 y eso comenzó el incendio.
3. La montaña ardiente, Wingen, Australia
Muchos sabemos lo que está sucediendo en Australia últimamente, pero no todos saben que su tierra ha estado ardiendo desde hace más de 6 mil años. Justo debajo de la superficie de Nueva Gales del Sur, hay una veta de carbón que arde lentamente y se mueve a lo largo de las montañas, a un metro por año aproximadamente. Si bien las vetas de carbón son bastante comunes en todos lados, uno de esta magnitud y duración es realmente asombroso. Este lugar atrae a cientos de turistas año con año, pero también ha causado algunos daños ecológicos a la vegetación del área.
4. El templo de fuego, Bakú, Azerbaiyán
Situado en la península de Abseron, este templo fue construido sobre un respiradero de gas natural que data del siglo XVII. Este lugar es un espectáculo increíble para la vista. En un momento fue el lugar de culto hindú y zoroástrico, pero fue abandonado a finales del siglo XIX. Hoy en día es Patrimonio Mundial de la UNESCO.
5. Yanartas, Turquía
Desde lejor parece cualquier otra montaña, pero de cerca es un lugar aterrador. Pequeñas llamas salen bailando de entre las diminutas cuevas y huecos de metano. Así ha sido desde hace más de 2,500 años. Se dice que en el pasado los marineros usaban esta montaña en llamas como faro, pero ahora los excursionistas lo usan para preparar té o malvaviscos. También se rumora que esta fue la montaña que inspiró la leyenda de la ardiente Quimera en la Ilíada de Homero
6. Cataratas de la llama eterna (Eternal Flame Falls), Parque del condado de Chestnut Ridge, Orchard Park, Nueva York
En el corazón de esta cascada hay una pequeña llama alimentada por una reserva de gas natural. Dada su ubicación, a veces se apaga, pero siempre hay un excursionista con un encendedor que vuelve a poner la llama en su lugar, hasta que se vuelve a apagar y otra persona la vuelve a prender. Es poético.
7. Pozo de fuego Chamchamal, Chamchamal, Irak
Después de haber visto una cascada que alberga una llama, ver agua ardiendo no es nada nuevo, sobre todo sabiendo que el área de Chamchamal es rica en petróleo y gas natural. Este pozo fue excavado hace 2 años y, de alguna manera, se incendió. Ha estado consumiendo 2,200 litros de gas por día y hace que el agua a su alrededor hierva continuamente.
8. Las colinas humeantes, Inuvik, Territorios del Noroeste, Canadá
Sentado justo en el Océano Ártico, estas rocas de rayas rojas se han estado quemando durante siglos. Descubiertas por primera vez por el explorador irlandés Robert McClure en el siglo XIX cuando llegó al Ártico en una expedición, han sido un espectáculo digno de ver desde entonces. Esta área está cargada de lutitas petrolíferas y lignito, que tiene a encenderse cuando se expone al oxígeno de las colinas que erosionan, esto hace que haya momentos en las que arden aún más.