A estas alturas, uno creería que las películas sobre apocalipsis zombis nos han preparado para tener un plan en caso de que algún día seamos invadidos por muertos vivientes. Después de todo, ya sabemos lo básico: dispararles siempre en la cabeza para acabar con ellos.
Sin embargo, algo que siempre nos hemos preguntado es cuál es el lugar más seguro para resguardarnos durante un ataque de zombis.
Si estás influenciado por las películas, seguro podrías estar inclinado a arriesgarte y dirigirte a un restaurante, bar o centro comercial más cercano para burlar a una creciente horda de zombis sedientos de sangre. Es que, pónganse a pensarlo, el centro comercial promedio está equipado con todas las comodidades importantes que deseamos y necesitamos: comida, ropa, productos de limpieza, algo de cerveza. Vaya, amenidades que puedes aprovechar mientras esperas lo inevitable.
Si crees que esta es la respuesta a tu supervivencia durante el apocalipsis zombi, debemos informarte que, según expertos, estás equivocado. En 2015, en un esfuerzo por comprender mejor la propagación de enfermedades reales, un equipo de estadísticos de la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos, hizo un modelo de la propagación de una plaga de zombis ficticia en el país.
Los resultados indicaron que el mejor lugar para evitar la infección es refugiarse en lugares remotos y escasamente poblados como bosques o montañas rocosas. Sitios recónditos en algún lugar de Montana o Canadá serían la mejor opción para esconderse.
El modelo de propagación mostró que las ciudades grandes caerían rápidamente, como era de esperarse. Metrópolis como Nueva York serían invadidas en cuestión de un mes, pero, sorprendentemente, el modelo demostró que tomaría semanas para que el brote llegue a las comunidades rurales y meses para que llegue a las zonas montañosas.
Alex Alemi, el autor principal del estudio, dijo que “dada la dinámica de la enfermedad, una vez que los zombis invaden áreas más escasamente pobladas, todo el brote se ralentiza: hay menos humanos para morder, por lo que se comienza a crear zombis a un ritmo más lento”.
Pero, claro, si las películas de zombis nos han enseñado algo es que no todos los zombis son creados por igual. La propagación dependería mucho de la estructura física de los infectados; si pueden correr o escalar, entonces se tendría que revisar las estimaciones con diferentes tipos de muertos vivientes.
El proyecto se trata de una descripción general del modelado epidemiológico moderno, comenzando con ecuaciones diferenciales para modelar una población completamente conectada, luego pasando a modelos basados en celosía y terminando con un modelo completo de simulación a escala de un brote en los Estados Unidos.
La simulación se basó en una población de aproximadamente 300 millones de personas, tomando en cuenta que cada individuo se encuentra en uno de los cuatro estados: humano, infectado, zombi y zombi muerto.
Se rastreó la propagación de la epidemia ficticia modelando interacciones aleatorias entre estas personas, por ejemplo, las mordeduras de zombis que conducen a la infección y los humanos matando a los zombis, lo que retrasa la propagación. Al final, los investigadores pudieron identificar los lugares donde la enfermedad tardaría más en llegar.
Sin embargo, incluso con escondites óptimos, las perspectivas para los estadounidenses son bastante malas en caso de que se materialice una plaga de muertos vivientes. Los autores concluyeron su artículo diciendo: “Nosotros descubrimos que para los parámetros ‘realistas’, estamos en gran parte condenados”.
Puede parecer tonto simular un brote de zombis, pero el Pentágono de Estados Unidos y los Centros para el Control de Enfermedades del país han utilizado escenarios de brotes de zombis para ayudar a desarrollar programas de capacitación para la preparación de desastres.
Además, con todo lo que ha pasado este año, no está de más tener un plan de contingencia por si existiera un apocalipsis zombi en la vida real. En esta película llamada vida, pedimos ser Tallahassee, de Zombieland.