¿Conoces a los Reyes Magos Punk? Existen, y viven en la Ciudad de México. Un grupo de siete jóvenes punk salieron el pasado 6 de enero por la madrugada a repartir juguetes a los niños de la calle.
El recorrido empezó cuando los reyes punk, con penachos en vez de turbantes o coronas, y en metro y autobuses en lugar de elefantes y caballos, se juntaron para empezar su labor. Estos reyes magos anarquistas se dieron a la tarea de hacerles más llevadero el inicio de año a los niños de la calle.
Los reyes magos punk no tienen dinero, pero eso no es un impedimento, cuentan con la simpatía de sus conciudadanos y vecinos. Personas de Ecatepec hicieron bolsas con dulces y galletas para que repartan por la desolada ciudad.
Otras personas ayudaron a juntar ropa para los niños, y otros vecinos juntaron juguetes para que los jóvenes repartan. Todo se juntó en un bar donde los reyes magos con botas y estoperoles se juntaron para cargar los costales con regalos.
Los reyes magos urbanos se montaron en el transporte y algunos choferes de esos elefantes motorizados los llevaron sin cobrarles por la ciudad. Caminando los reyes buscaron niños de la calle en callejones y parques con sus bolsas negras llenas de juguetes, ropa y dulces.
El líder de esos reyes es Panki, quien a sus 40 años se sabe de memoria la ciudad, vivió en la calle en algún momento. Conoce todos los rincones donde pueden encontrar a los niños de la calle y dirige a sus compañeros en su búsqueda.
Los reyes empiezan a repartir los juguetes entre los indígenas que venden chácharas en las banquetas. También entregan juguetes a las mujeres que se acercan a pedir para luego llevarles algo a sus hijos.
Luego reparten más regalos a los niños que están en las puertas del Museo Franz Meyer. Quienes reciben su regalo les corresponden con una bendición. Encuentran más gente y niños en las afueras del Teatro Hidalgo.
Luego sale más gente en el triple cruce del Eje Uno Norte, el Eje Central y la Avenida Reforma. Entre carpas de lonas y telas viven niños y jóvenes que aparentan tener muchos más años de los que en realidad tienen.
“¡A ver, cámara, ya llegaron los reyes!”, grita uno de los jóvenes para alertar a los demás.