Clint Eastwood, de 92 años, no ha parado de trabajar por décadas en el demandante negocio del espectáculo, donde se desempeña en dos de los trabajos más exigentes: el de director y el de actor. Aun con ese ritmo, la celebridad sigue a paso ligero. ¿Cómo le hace?
El secreto para la longevidad del titular “bueno” (uno de los tipos más malos del cine) del filme El bueno, el malo y el feo (1966) es, irónicamente, tener buenos hábitos. Decidido a no sufrir el mismo destino de su padre, quien falleció de un paro cardíaco a los 63 años debido a que fumaba mucho y comía muy mal, Clint Eastwood ha dedicado medio siglo a lo que ya todos sabemos pero pocos implementamos: vivir saludablemente.
El susto y la promesa
Irónicamente, lo que ha motivado durante décadas al actor para mantener el modo de vida más saludable que le es posible ha sido la muerte de su padre. Con ese acontecimiento, se dio cuenta de que no tenía nada asegurado y tenía que cuidarse él mismo, por lo que volvió aún más estricto su código para mantenerse en forma, que seguía desde sus inicios en la actuación.
A partir de entonces, Clint empezó a analizar qué factores podían ayudarlo a vivir más y mejor y llegó a la conclusión de que debía realizar cambios radicales en su vida en cuanto a sus hábitos en alimentación, ejercicio y de consumo de alcohol.
Dieta como piedra angular
Bien dicen que “lo que comes es fundamental para vivir bien” y debido a que Clint se mantiene saludable, algo ha de hacer bien con su dieta. El actor reveló cuáles son los lineamientos que sigue al comer.
Primero, pocas grasas y muchas proteínas (su índice de grasa corporal era de menos de 10 por ciento en 1991); segundo, nada de azúcar añadida; tercero y último lineamiento: jamás excederse con el alcohol.
Sin vicios
Otro de los factores que le han permitido mantener su perfecto estado de salud es que se mantiene alejado de todos los vicios, incluido uno de los más insospechados de todos: el tabaco. De hecho, Clint ha dicho que fumar es una de las cosas que más ha odiado hacer durante sus actuaciones.
Así es, a pesar de que su imagen de “sujeto rudo” usualmente viene acompañado de un cigarro para acentuar su agresividad, la verdad es que el actor no tiene afición por fumar y evita en medida de lo posible el humo del cigarro.
Nada se logra sin esfuerzo
Por supuesto, no solo de comer y abstenerse se logra una salud perfecta y el ícono hollywoodense ha tenido que poner de su parte para conseguir un cuerpo en el que valiera la pena vivir 100 años, marca que ya está por alcanzar.
Para agarrar el ritmo, Clint necesitó ceñirse al principio de “jamás saltarse el entrenamiento”, que consistía en dos o tres horas diarias de cardio y pesas, cuatro veces por semana, con el fin aprovechar al máximo su alimentación, sus horas de sueño completas y su cero tolerancia a sustancias dañinas. En cuanto a deportes, disfruta las caminatas y el golf.
Leyenda viviente para rato
A pesar de estar ya en sus 90, el actor no parece tener la intención de parar en lo absoluto. Su hijo Scott Eastwood parece tomar el mismo camino que su papá, adoptando estos hábitos, que ya lo llevan a los 100 años de edad, aunque con rutinas aún más estrictas que “su viejo”.
Al haberse definido a sí mismo como un rebelde en varias ocasiones, Clint parece decidido a no parar el ritmo aunque su edad pareciera exigirle que así lo hiciera. Con su código del 90-10 (90 por ciento dieta, 10 por ciento ejercicio), es poco probable que el actor se retire en un futuro cercano.