Los estafadores están a la orden del día, caballeros. Ya quedaron atrás aquellos tiempos donde recibías un mail de un millonario inglés que no tenía a quién dejarle su fortuna y te eligió a ti para heredar su dinero. ¿Lo recuerdan? Los tiempos han cambiado, ahora te estafan desde la cárcel, lo cual es completamente irónico.
Sea como sea, nadie se escapa de ser engañado y manipulado, por eso venimos a contarles un poco acerca de las estafas más exitosas, extrañas y bizarras que se han hecho hasta el día de hoy. ¿Están listos?
1. James McCormick y sus “detectores de bombas”
Este hombre vendió más de siete mil detectores de bombas falsos y ganó más de 70 millones de dólares de las ventas totales. Estos dispositivos falsos, llamados “ADE652”, se vendieron principalmente en Irak, pero también en otras partes del mundo. Además, dio a los compradores una falsa sensación de seguridad. Incluso soldados, policías y personal de seguridad creían que funcionaban, pues además de las bombas, detectaban drogas.
Y pues, como era de esperarse, el uso de este dispositivo ocasionó muchas muertes y lesiones, pero McCormick jamás se mostró arrepentido por ello. Es más, hasta dijo que sus clientes nunca se quejaron del producto… pues ya estaban muertos. McCormick tenía 57 años cuando fue capturado y encarcelado durante 10 años.
2. Belle Gibson y su cura milagrosa
Belle Gibson, una bloguera de bienestar, fingió tener cáncer cerebral y afirmó que este se curó con nutrición y terapias alternativas, como la medicina ayurvédica, la oxigenoterapia y una dieta libre de gluten y azúcar. Hizo 420 mil dólares tan solo de sus redes sociales, lanzó un libro de cocina y creó una aplicación donde aseguraba que sus consejos curarían la enfermedad. Se centró en las mujeres jóvenes, niños enfermos y provocó simpatía al narrar su historia de vida, pero todo era una completa mentira.
Además, prometió donar la mayor parte de los ingresos generados por su libro, pero en realidad, gastó casi todo en ropa, cosméticos, vacaciones y solo demostró haber donado 10 mil dólares a una organización benéfica. Finalmente, cuando la arrestaron, no le quedó de otra más que admitir que todo había sido un invento, incluida su enfermedad. Fue multada con 500 mil dólares para evitar la cárcel.
3. El famoso “Príncipe de Nigeria”
¿Ustedes creen que si un multimillonario príncipe de una tierra lejana quisiera mantener su dinero a salvo, se lo mandaría a alguien como nosotros? Bueno, pues al parecer miles de personas cayeron redonditos en esta estafa. Los estafadores enviaban intencionalmente correos electrónicos gramaticalmente pobres y usaban algunos filtros para seleccionar automáticamente a destinatarios crédulos, entre jóvenes menores de edad y adultos mayores. Estas personas se hacían pasar por personas adineradas que necesitaban salvaguardar su dinero, con la promesa de que les darían algo de su fortuna, pero solo ponían en cero el saldo bancario de sus víctimas.
Por si fuera poco, los estafadores no son esencialmente de Nigeria: en 2006, el 61 por ciento de ellos eran ciudadanos estadounidenses y solo el 6 porciento, nigerianos. Esta categoría de fraude o truco de confianza floreció en Internet, pero sus raíces se remontan a una estafa del siglo XIX llamada el “prisionero español”.
4. Nikita Russian y su reality show inexistente
Este hombre británico engañó a un grupo de personas haciéndoles creer que estaba produciendo un reality show que, en realidad, no existía. Russian colocó anuncios publicitarios en los que invitaba a las personas a participar en un programa de televisión de un año con la posibilidad de ganar increíbles premios en efectivo.
Después de audicionar a cientos de solicitantes, seleccionó a 30 de ellos y les pidió que dejaran sus trabajos, hogares y se prepararan para grabar durante un año. Les pidió reunirse en Londres y los dividió en equipo de 10. Se pidió a cada equipo que recaudaran 1.5 millones de dólares, que era básicamente su premio en efectivo y pidió acceso completo a las cuentas bancarias de los participantes.
La mayoría de los concursantes seleccionados abandonaron el programa en un par de días. Russian también se quedó sin hogar y se vio obligado a vivir con sus víctimas manipuladas. Cuando ya no pudo seguir con la mentira, hasta que uno de los concursantes lo localizó, se vio obligado a pedir disculpas. Como no exigió el dinero, no se le acusó de ningún delito.
5. La tierra de los diamantes
En 1872, Philip Arnold y su primo John Slack estafaron a empresarios poderosos insistiendo que habían encontrado tierras sin urbanizar que contenían piedras preciosas y diamantes. Los hombres colocaron las piedras en el lugar y pidieron dinero a los inversores, prometiendo establecer una empresa a cambio de revelarles el lugar secreto de los diamantes, y las víctimas, emocionadas, les dieron 100 dólares en acciones por tan valiosa información.
Tras haber logrado el cometido, Arnold y Slack simplemente huyeron con el dinero y los diamantes supuestamente descubiertos. Slack se fue a Nuevo México y murió en 1896, mientras que Arnold compró una casa de lujo en Kentucky, abrió su propio banco, pero finalmente fue arrestado y murió poco después de una neumonía.
6. Howard Welsh y los cultos piramidales
Welsh, junto a su novia Lee-Hope Thrasher, introdujeron un plan de “inspiración divina” en 1999 que atrajo a más de mil inversores en Estados Unidos, la mayoría de los cuales asistían a la iglesia y eran devotos. Ofrecieron un plan financiero llamado “Living Your Purpose”, que les valió más de 30 millones de dólares. Welsh apeló a los religiosos en nombre de la fe y afirmó que si creían en él, seguramente triplicaría sus depósitos.
Usó todo tipo de técnicas de marketing como folletos publicitarios, asistió a seminarios en varios estados y también envió a personas por correo. El esquema Ponzi que desarrolló con su novia atrajo a la gente, ya que era una inversión libre de impuestos para ellos y afirmaron que está vinculado a una “misión” específica. Para asegurarse de que sus víctimas tuvieran un sentido de autenticidad y confianza, la pareja patrocinó un seminario de capacitación de tres días en todo Estados Unidos, y los temas de estos seminarios fueron profundamente religiosos.
Un banco comenzó a sospechar en 2001 después de notar que se estaba transfiriendo una enorme suma de dinero. Finalmente, la pareja fue capturada en noviembre de 2004 y Welsh fue condenado a 20 años de cárcel.
7. El hombre que vendió el puente de Brooklyn
Todavía no se acababa de construir y George C. Parker, un estafador, ya la estaba vendiendo a individuos incrédulos, convenciéndoles de que una vez que compraran el puente, generarían una fortuna cobrando peajes. Vendió la estructura dos veces por semana durante años, incluso cuando otros estafadores comenzaron a copiarlo.
Al parecer, este hombre hizo lo mismo con la Estatua de la Libertad, el Madison Square Garden y el Museo Metropolitano de Arte. Fue condenado por sus audaces crímenes tres veces en su vida y por el último, en 1908, fue sentenciado a cadena perpetua. Lo peor es que las personas que compraron el puente llegaron a construir barreras y casetas de peaje para controlar el acceso. Esta historia dio lugar a una frase muy famosa en Estados Unidos: “… y si crees eso, tengo un puente para venderte”, que se usa para burlarse de alguien extremadamente crédulo.
8. Geraldine Carmichael y sus autos del futuro
En medio de la crisis de gas en la década de los 70, Geraldine Carmichael puso en marcha la 20th Century Motor Car Cooperation y presentó un automóvil llamado “Dale”, con aspecto futurista, de tres ruedas y que prometía resolver la crisis de combustible, pues podía avanzar 70 millas por galón.
Los atractivos anuncios del automóvil imaginario hicieron que los clientes e inversionistas depositaran su dinero para poseer el nuevo invento. El auto costaba dos mil dólares de aquellos tiempos y Carmichael juntó un total de tres millones de dólares en ventas anticipadas. Sin embargo, la mujer huyó con el dinero sin dejar rastro. En 1989 fue encontrada en Dale, Texas… de todos los lugares a donde habría podido ir. Fue sentenciada a 10 años de prisión en California y murió de cáncer en 2004.