Algunas veces nos suceden cosas que son negativas, pero de las cuales se pueden desprender otras, inesperadas ¡y maravillosas!
Hunter Cmelo es un pequeño que vive en Grants Pass, Oregon, y acude a la escuela primaria Lincoln. Pero debido a que el auto familiar se encontraba ya en malas condiciones, llegó tarde a sus clases, lo que para los directivos fue casi como un pecado capital, así que lo condenaron al exilio…
Este pequeño de 6 años fue obligado a desayunar solo y detrás de una mampara, para que no tuviera ningún contacto con sus compañeros en la cafetería escolar…
Muchas cosas pudiéramos decir acerca de la escuela y sus “medidas disciplinarias”, pero ya la misma comunidad se ha encargado de señalarlos, pero no solo eso, sino que se unieron para solucionar el problema, en lugar de castigar al menor, como lo hizo la institución educativa.
La foto se hizo viral y los habitantes de la zona decidieron que era momento de ayudar, pues la culpa por llegar tarde no era de Hunter ni tampoco de su familia propiamente, ya que su vehículo, una Dodge Durango, ya era vieja y no funcionaba adecuadamente.
La fotografía fue tomada por Laura Lucas Hoover, abuela del niño, quien acudió a la escuela para asegurarse que estaba bien, cuando les avisaron que sería castigado y luego publicó en Facebook:
“Este es mi nieto, Hunter. Es un pequeño de primer grado. El coche de su mamá a veces no arranca. A veces llega un par de minutos tarde a la escuela.
“Ayer llegó un minuto tarde ¡y esto es lo que su mamá descubrió que hacen para castigarlo! ¡Le han hecho esto 6 veces por algo que está fuera de su control! Se burlan de él delante de los otros estudiantes”.
Por otra parte, la familia tampoco contaba con los recursos suficientes como para pagar otro vehículo…
En un primer momento, Bill Meyer, de una estación de radio local decidió emprender una campaña de apoyo a esta familia:
“Esta familia nunca pidió ayuda. Todo lo que querían era cambiar la política de la escuela. Vimos una forma de darles un pequeño empujón y después los demás se integraron con su tiempo y generosidad”.
Primero le dijeron a la familia que llevarían su vieja camioneta Durango a un taller, para que se las repararan… pero cuando fueron a recogerla se llevaron una sorpresa: Lisa McClease Kelly, propietaria de un lote de autos, ya se había puesto de acuerdo con Rapid Repo, otra compañía y con varios donadores, quienes juntaron el dinero para comprarle a la familia de Hunter una van 2001.
Si bien es una camioneta usada, se le invirtieron 1,400 dólares en algunas partes, como llantas nuevas. Además recibieron 100 dólares en tarjetas de regalo para gasolina, así como cambios de aceite gratuitos durante un año.
De nueva cuenta queda de manifiesto que cuando la comunidad se une, surgen cosas positivas incluso de los castigos, y también, un uso adecuado de las redes sociales ayuda bastante para generar el cambio…