Aunque a un amigo de verdad nada se le niega, si se trata de manejar un carísimo automóvil de lujo hay que cuidar mucho a quién le soltamos las llaves.
Cuando estamos en una fiesta y se nos pasan las copas, el código de amistad nos dice que debemos darle las llaves del carro a un amigo de confianza para que nos lleve sanos y salvos hasta nuestro hogar. Pero si tu auto es un lujoso Ferrari (algo muy improbable) y tu camarada es un inepto (algo más que seguro), mejor vete en un taxi.
Más vale decir no a tiempo para no ver cómo el auto de tus sueños es estrellado estúpidamente por uno de tus amigos, como le ocurrió a Zhang en el distrito de Suzhou en China.
Cámaras de seguridad captaron a su Ferrari blanco perdiendo el control y golpeando a un Toyota negro, que atravesó un camellón y terminó volcado al otro lado de la calle.
Los servicios de emergencia llegaron y tuvieron que liberar al conductor del Toyota que quedó atrapado en su coche, pero afortunadamente no tuvo heridas graves. El que salió ileso fue quien manejaba el Ferrari, un hombre de 30 años llamado Jin.
Se supo que este tipo es amigo de Zhang, a quien le pidió prestado su Ferrari para dar un paseo y probar su potencia. Ya iba de camino a regresarle el superdeportivo, pero fue mucho más de lo que Jin era capaz de manejar: perdió el control y lo estrelló.
Hasta ahora los daños se calculan en más de 33,000 dólares, sin contar con el hecho de que un hermoso coche con valor de más de 500,000 dólares fue arruinado por completo; algo que podría verse más o menos así…
Más vale tener un amigo molesto que un auto destrozado. Así que la próxima vez que tu camarada te pida su coche prestado, recuerda que él no se graduó en Harvard como piloto y dile con toda franqueza: