Varones, todos hemos oído hablar del “robo de identidad” y es probable que a alguno les haya pasado. En el mundo existen muchos criminales que se dedican a hacerse pasar por otras personas para estafarlas y quitarles todo lo que poseen, pero su problema no acaba ahí. Después de haberlo perdido todo, muchos de ellos deben demostrar que alguien más robó su identidad y este podría ser un proceso frustrante.
En la historia ha habido muchos de estos casos, pero el día de hoy venimos a hablarles de algunos de los más interesantes y bizarros que van, en algunos casos, más allá del dinero.
1. Thomas Parkin
Thomas, de 51 años, vivió por mucho tiempo de la pensión de su difunta madre. ¿Cómo lo hizo? Durante seis años cobró los cheques de seguridad social disfrazado como una anciana. Irene, su mamá, había fallecido en 2003, pero su pensión se siguió pagando hasta 2009, pues su hijo, usando peluca, maquillaje y los vestidos de la señora, acudía a cobrar el dinero. Su socio, Milton Rimolo, se hacía pasar por su sobrino y fingía que cuidaba de su “tía” y hasta la llevaba a cobrar los cheques.
Thomas fue atrapado cuando el apartamento donde vivía fue puesto en subasta por ejecución hipotecaria y todavía disfrazado de Irene acusó de estafa a la persona que compró la casa. Fue capturado y declarado culpable por 11 cargos criminales que incluían el fraude de bienes raíces, hurto mayor, perjurio y falsificación. Thomas fue sentenciado a 13 años de prisión, mientras que su “sobrino” estuvo en la cárcel un año.
2. Ferdinand Demara
Demara era un impostor estadounidense que a lo largo de su vida se hizo pasar por monje, funcionario de prisiones, ingeniero civil, policía, abogado, entre muchas otras profesiones, por lo cual fue conocido como “El Gran Impostor”. Sin embargo, una de sus aventuras más sorprendente fue cuando robó la identidad de un cirujano llamado Joseph Cyr y fue enviado a apoyar a las tropas durante la Guerra de Corea con cirugías que salvarían las vidas de los soldados.
Justo antes de comenzar las intervenciones, Ferdinand memorizó los procedimientos de un libro de texto médico y, sorprendentemente, realizó 16 cirugías con éxito. Todo se descubrió cuando la madre del verdadero Dr. Cyr informó que su hijo jamás fue a la Guerra de Corea. Demara fue perdonado por su crimen y se vio obligado a huir del país.
3. Christian Longo
Después de que el periodista Michael Finkel fuera despedido de su trabajo en el New York Times, se dio cuenta de que un asesino había usado su nombre como fugitivo después de matar a toda su familia. Entonces decidió entrevistar a Christian Longo y hacer una historia al respecto que lo ayudara a recuperarse de su despido.
Longo y Finkel desarrollaron una “amistad”, pues, al parecer, el periodista era todo lo que el criminal quería ser y se sentía en confianza con él. Descubrió que Christian se hizo pasar por Michael después de cometer el horrendo crimen porque quería iniciar una nueva vida siendo alguien distinto, alguien a quien él admiraba. Lo sabemos, es bastante bizarro.
Michael escribió un libro sobre la experiencia y las confesiones de Longo y hasta se hizo una película al respecto en 2015. En cuanto a Christian, el hombre fue condenado a pena de muerte y sigue esperando a que le den fecha para su ejecución.
4. Frédéric Bourdin
El 13 de junio de 1994, Nicholas Barclay, de 13 años, desapareció sin dejar rastro después de estar jugando con sus amigos en San Antonio, Texas. Su familia lo estuvo buscando durante años y en 1997 recibieron noticias desde España. En Linares, la policía encontró a un joven que decía ser Nicholas.
Al parecer, había sido raptado, torturado y abusado de maneras inimaginables y de milagro logró escapar. ¿El problema? Cuando la familia llegó por él, se dieron cuenta de que no lucía como Nicholas; el niño tenía ojos azules y cabello rubio, mientras que este nuevo hijo tenía ojos marrones y cabello castaño. El joven alegó que algunas de las torturas que había sufrido incluían cambiarle el color de ojos y cabello como parte de un experimento. Los Barclay, por alguna razón, le creyeron y lo llevaron de regreso con ellos a Estados Unidos.
Esa persona no era Nick, sino Frederic Bourdin, un impostor en serie francés que se dedicaba a adoptar las identidades de jóvenes desaparecidos de muchas partes de Francia. Después de un año de sospechas, en 1998 se otorgó una orden judicial para probar las huellas dactilares y el ADN del joven, revelando la verdadera identidad de Bourdin. El impostor fue encarcelado durante seis años, pero al salir de la prisión, siguió robando identidades.
5. Barbora Skrlova
Skrlova, una mujer de 33 años, se hizo pasar por un niño de 13 llamado Adam y pasó cuatro meses en un hogar de niños en Noruega. La mujer se encontraba huyendo de las autoridades y se matriculó en este instituto haciéndose pasar por su hijo. Skrlova se afeitó la cabeza y se vendó los pechos para parecer un niño de 13-14 años. Sin embargo, los maestros dicen haber notado un comportamiento inusual en Adam, pero optaron por ignorarlo, pues creyeron que solo era un niño muy “maduro para su edad”.
Sin embargo, la mentira se descubrió después de que Adam desapareciera de la escuela y se llevara a cabo una investigación a nivel nacional para dar con él, descubriendo que en realidad se trataba de Skrlova, una fugitiva de la justicia. La mujer fue acusada de robo de identidad y engaño a las autoridades. Ah, ¿recuerdan la película de La Huérfana? Está inspirada en esta mujer.
6. Raphael Golb
Las razones de Golb para robar identidades fueron más familiares que para beneficios monetarios. El hombre quería ayudar a su padre, un profesor de la Universidad de Chicago, para que su controvertida teoría sobre los Manuscritos del Mar Muerto fuera tomada en serio. Sus compañeros académicos no respaldaron sus ideas, por lo que Raphael robó las identidades de los colegas de su padre y falsificó declaraciones que respaldaban sus teorías.
Sin embargo, pronto se descubrió que Raphael estaba detrás de todos los blogs y artículos publicados. Fue sentenciado a seis meses de cárcel y su padre perdió credibilidad después de todo.