Los amantes de lo ajeno no respetan, pero la ladrona de la siguiente historia recibió una mala pasada cuando descubrió que las piezas arqueológicas que había robado estaban “malditas”. Ay nanita…
Todo indica que una mujer de origen canadiense tomó unos mosaicos blancos antiguos, un pedazo de pared de cerámica y fragmentos de una caja de ánforas durante un viaje a la ciudad perdida de Pompeya, en Italia, que fue enterrada bajo ceniza volcánica después de la erupción del volcán Vesubio en el 79 d.C.
El robo ocurrió hace 15 años, en el 2005, pero la mujer decidió devolver las reliquias porque, según ella “estaban malditas y desde entonces no habían dejado de sucederle cosas malas”.
Los objetos fueron devueltos a través de una agencia de viajes y venían acompañados de una carta donde la mujer, identificada como Nicole, explica que, desde su sustracción, los objetos le habían traído molestias pues “su suerte financiera había cambiado, además que ha padecido en varias ocasiones cáncer de mama”.
Según las declaraciones contenidas en la carta, Nicole solo “querían tener una pieza única que nadie más pudiera tener”, pero jamás imaginó que su hazaña le correspondería con 15 años de mala suerte que incluyeron dos batallas contra el cáncer de mama, una doble masectomía y las dificultades económicas para su familia.
“Somos buenas personas y no quiero pasar esta maldición a mi familia o mis hijos”, dice la carta. “Perdónenme por el gesto que hice hace años, aprendí mi lección… estoy pidiendo el perdón de los dioses”.
Además, Nicole escribe que planea visitar Italia pronto y de esta manera poder disculparse en persona. “Acepte estos artefactos para que haga lo correcto por el error que cometí”, escribió la apenada mujer. “Lo siento mucho, algún día regresaré a su hermoso país para disculparme en persona”.
Nicole dijo que otros dos amigos de ella también se llevaron pequeños trozos de Pompeya. Una carta de una pareja, que figuraba como Alastain y Kimberly G., también llegó a la zona recientemente. En ella se leía:
“Les devuelvo estas piedras que mi esposa y yo tomamos mientras visitábamos Pompeya y el Vesubio en 2005. Las tomamos sin pensar en el dolor y el sufrimiento que estas pobres almas sintieron durante la erupción del volcán y la terrible muerte que tuvieron. Lo sentimos y por favor perdónenos por tomar esta terrible decisión”, escribió la arrepentida pareja.
El Parque Arqueológico de Pompeya dijo en un comunicado que los artefactos ya han sido devueltos a su hogar original. El parque también dijo que no es la primera vez que sucede algo así, ya que constantemente la gente envía paquetes con objetos robados del sitio y todas estas personas concuerdan, con arrepentimiento, que los artefactos robados albergan mala suerte y desgracia.
Así que piénsenlo dos veces al visitar sitios arqueológicos, o cualquier sitio turístico en general, nunca saben la carga energética que el lugar o los objetos posean, y robarlos tal vez desencadene una maldición, como le sucedió a Nicole y sus amigos.