Dormir es uno de los placeres más grandes del ser humano. Además, aporta grandes beneficios a nuestra salud, como descansar, disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejorar nuestro metabolismo y regular nuestra digestión. En conclusión, dormir es lo mejor que nos puede pasar si lo haces a tus horas, no como en Kazajstán, que todo un pueblo cayó en un sueño de seis días y pensaron que estaban malditos.
Entre el año 2012 y 2015, la aldea de Kalachi, en Kazajstán, fue atacada por una extraña enfermedad: sin motivo aparente, sus habitantes caían dormidos de manera profunda y así podían pasar hasta seis días.
El sueño les llegaba de manera repentina y no respetaba lo que estuvieran haciendo. Hay quienes iban conduciendo y de repente se quedaban dormidos, otros más fueron víctimas de esto mientras se encontraban haciendo su trabajo. Los que caían en este extraño sueño intentaban despertar, abrían parcialmente los ojos, pero su cuerpo no respondían. Después de casi una semana, despertaban sin recordar nada. Los doctores no podían explicar este fenómeno.
Para el año 2013 ya habían sido afectadas 120 personas, y los habitantes de Kalachi comenzaron a desconfiar de su alrededor: del aire, agua, cielo, incluso la comida. La condición no afectaba a solo un tipo de persona, sino a todos, ya sean adultos, jóvenes, niños, hombres o mujeres.
Tras años de ardua investigación, los expertos descubrieron que Kalachi se encontraba cerca de una mina soviética de uranio y surgieron varias teorías, desde agua envenenada y vodka poco fiable.
Finalmente, en el año 2015, el misterio quedó resuelto: Los habitantes del lugar habían estado expuestos a una combinación de monóxido de carbono (CO) y partículas de hidrocarburos (CH) que hacían que el oxigeno bajara y producía los desmayos. Distintos exámenes confirmaron que los niveles de CO en Kalachi eran 10 veces mayores a los normales.
Resulta que el origen de esta contaminación se debía a la ya mencionada mina de uranio, que se encontraba en Krasnogorsk, un pueblo fantasma cerca de Kalachi. La mina llevaba cerrada desde la caída de la Unión Soviética, pero la radiación no era el problema de la afección, sino la estructura del lugar.
Verán, cuando la mina se encontraba en funcionamiento, se usaron un montón de estructuras de madera para mantenerla en pie. Al cerrarla, se llenó de agua y al tener contacto con la madera, produjo el monóxido de carbono, el cual comenzó a filtrarse poco a poco a la superficie, llegando a Kalachi.
Al dar con la causa principal, cientos de personas fueron reubicadas y otros cientos se quedaron, pero los casos de narcolepsia pararon, ya que el agua y elementos tóxicos de la mina fueron vaciados. Ahora sí que parece chiste, pero es anécdota. Esta fue la historia del famoso “Sleepy Hollow”, como terminaron apodando al pueblo.