Es común la fantasía de volverse rico de la noche a la mañana, recibiendo inconcebibles fortunas de modo fortuito y sin esfuerzo, pero la verdad es que cuando algo así de improbable realmente sucede, hay que dar un paso atrás y razonar cuál es la situación, tal como hizo un taxista brasileño que un día descubrió millones de dólares en su cuenta. Sin embargo, su reacción fue devolver su fortuna.
Antonio Pereira do Nascimento, taxista en Palmas, Tocantins, Brasil, tuvo una revelación increíble cuando revisó su cuenta bancaria y encontró 27 millones de dólares a su nombre en lugar del poco saldo que esperaba ver. Sin embargo, su reacción fue rápida y decidida: se puso en contacto con el banco para aclarar el malentendido y con los medios de comunicación para dejar testimonio de que él es hombre honesto y que solo posee y desea lo que es suyo por derecho propio.
Lo malo: una fortuna que apareció de la nada
Jamás vi antes y creo que jamás veré después tal cantidad de dinero en mi vida. Simplemente es imposible para mí ganar tal cantidad, a menos de que me ganara la lotería Mega-Sena y, como ni siquiera juego, me parece muy difícil que ocurriera.
-Antonio Pereira do Nascimento
En un día como cualquier otro en su vida, Antonio hizo uso de un cajero en su institución bancaria para constatar el balance de su cuenta, que, según sus expectativas, debería rondar los 47 dólares. Contra todo pronóstico, la pantalla le mostró un saldo superior a los 27 millones de dólares, por lo que su primera reacción fue de miedo, pero luego de comprender que todo debía ser un error, puso manos a la obra para subsanarlo.
Lo bueno: la calidad moral
Ni por un segundo pensé en hacer el mal. Soy una persona muy honesta y lo único que quiero es aquello que es mío.
Resultó que todo el entuerto había sido la gracia del banco, que cometió la metedura de pata de transferir los fondos, que provenían de otra institución, a la cuenta del inocente taxista, quien, sin deberla ni temerla, casi terminó aplastado por el peso de una fortuna que pocos llegan a ver en su vida. Afortunadamente, el abuelo supo cómo proceder frente a este embrollo.
Con cuatro hijos y 14 nietos, significa mucho para un hombre caminar el sendero recto para poner el ejemplo y así es como lo hizo Antonio al dejar claro que nunca ha sido ni será amigo de lo ajeno. Contactando de inmediato a las autoridades bancarias y haciendo público el hecho frente a los medios de comunicación, su primer impulso fue aclarar la situación y ni por un momento le pasó por la mente aprovecharse de ella.
Lo feo: ¿Qué hubiera pasado de habérselo quedado?
Aunque, afortunadamente, todo salió bien al final para todos los involucrados, el monumental error sí nos deja con la duda de “¿Qué hubiera pasado si el dinero hubiera llegado a manos menos honestas que las de Antonio?” y, según la abogada Paula Dangelo, consultada por el medio brasileño O Globo, al que Antonio contactó para hacer público su caso, de haberse quedado con el capital o haber hecho uso de este, habría podido ser acusado de desfalco, que en el código penal brasileño se pena con multas y de uno a ocho años de prisión.
Dado que el error fue cometido por el banco, Antonio no sufrió ninguna consecuencia negativa y, al final del día, se quedó con su saldo habitual y con el único beneficio de contar ahora con una increíble y chusca anécdota que contar a quien quiera escucharlo.