En noviembre de 2017, Roberta Hoskie perdió un cheque con un valor de 10 mil dólares en una calle de New Haven, Connecticut. No se había dado cuenta siquiera que lo había perdido cuando recibió una llamada de Elmer Álvarez, la persona que lo había encontrado tirado en el suelo. Roberta y Elmer pactaron un encuentro para poder hacer la entrega, pero cuando vio llegar al hombre que encontró su cheque vio a alguien que no esperaba: un indigente.
De acuerdo al relato de The New Haven Register, Hoskie quiso compartir a través de sus redes sociales el buen gesto que el hombre hizo por ella. Mientras iba en camino, un amigo de Álvarez le dijo a Roberta que Elmer no tenía un hogar. En su cuenta de Facebook realizó una transmisión en vivo, que registró el momento del emotivo encuentro. Elmer dijo que quería “hacer lo correcto”, y devolvió el cheque. Roberta se conmovió por el gesto del hombre.
Hoy en día, Hoskie es una importante empresaria; una agente de bienes raíces que creó su propio negocio. Ahora imparte varios seminarios y clases empresariales, pero antes, también fue una mujer que luchaba por sustentarse. Llegó a ser una persona sin hogar, que pasaba las noches en un albergue. “Pasar de estar sin hogar a ser propietario de varias empresas, representó algo diferente”, dijo Hoskie.
No tenía idea de quién era la persona detrás del cheque. Él no sabía que yo era madre soltera. En un momento recibí asistencia social. En un momento me encontré sin hogar. Tiene que haber más personas como Elmer Álvarez. Es un tipo de corazón de oro. Es un tipo fenomenal.
—Roberta Hoskie para WTNH.
Como retribución por su acto de honestidad, Roberta le obsequió otro cheque. No solo eso, Hoskie también le ofreció clases gratuitas en su escuela de bienes raíces. Aunque señaló las dificultades y el prejuicio que las personas sin hogar enfrentan, pues el banco que Elmer visitó tuvo molestias al intentar cambiar el cheque, a pesar de que estaba firmado y a su nombre.
Roberta estuvo durante meses junto a Elmer. Lo ayudó a encontrar un departamento y le pagó el alquiler durante siete meses hasta que pudo recuperarse. Elmer estuvo trabajando en la escuela de bienes raíces y después se convirtió en un empleado de la empresa. Comenzaron a trabajar en un nuevo proyecto, una casa de transición para adolescentes y adultos jóvenes sin hogar que brindará servicios asistenciales.