Hace unos días fueron incautados en Argentina decenas de objetos nazis de gran valor que estaban escondidos en un local. Este descubrimiento que incluye un busto de Adolfo Hitler, armas y otras reliquias, nos hacen recordar la hipótesis de que Hitler no murió en su búnker en Alemania, sino en Argentina, luego de escapar, ¿será cierta?
Recordemos que fueron los rusos quienes llegaron primero al búnker de Hitler, al ocupar el país. El mariscal ruso Georgi Zhukov dijo en su momento:
No hemos descubierto ningún cadáver que pueda ser definitivamente identificado como el de Hitler, y por consiguiente no podemos formular ninguna declaración acerca de su muerte.
A pesar de ello, la historia oficial es que el 30 de abril de 1945, Hitler puso su pistola Walther PPK en su cabeza y se disparó. El mundo no parece convencido del todo por esta historia, y una particularmente inquietante circula desde entonces: que escapó a Argentina donde se escondieron muchos jefes nazis.
Abel Basti escribió un quinto libro al respecto: El exilio de Hitler. En él explica que “hay documentos desclasificados que aseguran lo que dijo Stalin: “Hitler escapó a la Argentina”. Según el autor, un documento del FBI de 1944 apoya la idea de que Hitler escapó a Sudamérica.
Según ese documento, el agregado militar de Estados Unidos en Argentina, el general Ladd, “una gran colonia alemana, saludable en Argentina, proporciona grandes posibilidades para proveer de un refugio a Hitler y sus secuaces; uno de sus miembros, el Conde (Carl von) Luxburg, ha sido mencionado como operador de un rancho, el cual serviría para proveer un refugio (para Hitler)”.
Además, asegura que Hitler llegó ahí “después de un vuelo sin paradas de 7.375 millas desde Berlín, en un avión construido especialmente, o como pasajero en un largo viaje en submarino”. El autor del libro cree que Hitler murió en 1971 y que Eva Braun lo sobrevivió. Ella vivió en Bariloche y luego en Buenos Aires.
En los años 80 Larry Birns, funcionario estadounidense, dijo que Eva vivía en Argentina, y que Estados Unidos creía que el suicidio de Hitler había sido una farsa armada por los nazis. Las principales pruebas que muestra el escritor y periodista son documentos reales y entrevistas.
“Noticias aparecidas en diarios, revistas, cables de agencias de noticias, etc.-, relacionadas a qué ocurrió con Hitler en 1945. La sorpresa, si se analiza ese material de época, es que más del 80% de esas noticias dan cuenta del escape del jefe nazi. En ese entonces, el líder soviético Joseph Stalin confirmó que Hitler había escapado a España o Argentina, y pidió que –a pesar de que los nazis decían que se había pegado un tiro- fuera juzgado, en ausencia, en Nüremberg. La misma aseveración, que Hitler escapó, está registrada en los documentos secretos ahora desclasificados, como el Informe Nordon de la inteligencia norteamericana, donde se asegura que en el búnker de Berlín se montó una farsa para simular el suicidio de Hitler. Pero que finalmente escapó. Por no haber sido hallado su cadáver, el Estado alemán de posguerra no declaró muerto a Hitler, hasta diez años después, en presunción de fallecimiento. Durante esos diez años (1945-1955), para el Estado alemán, Hitler tenía el estatus legal de una persona viva, sin condena ni proceso en su contra. Y consecuentemente, sin orden de captura”.
También se entrevistó con numerosos testigos:
“Respecto a evidencias con los testigos -cuyo testimonios están en mis libros- que estuvieron con Hitler en Argentina, y la documentación, especialmente del FBI y de la CIA. Lo único que contradice la posibilidad de que el Führer se haya exiliado en nuestro país es la versión lanzada solamente por una camarilla nazi en 1945, y que fuera recogida por el agente británico Trevor Roper, para convertir ese relato nazi en la ‘historia oficial’. Hasta hace pocos años se presentaba como única evidencia tangible de ese cuento un fragmento de cráneo, con un agujero producido por un balazo, que se atribuía a Hitler, y que está guardado en los Archivos Federales de Moscú. Sin embargo, un estudio, realizado por un equipo científico norteamericano, reveló que el ADN de esa pieza es femenino, o sea que el occiso era una mujer, razón por la cual hay que descartar que se trate de una prueba que permita demostrar que Hitler se suicidó en el búnker de Berlín”.
El autor también da una hipótesis de por qué escapar a Argentina:
“Mucho antes de que terminara la guerra, Hitler disponía de un Plan B de evacuación en el caso de que el Tercer Reich fuera vencido, tal como finalmente ocurrió. El objetivo era la transferencia a Occidente de las divisas, el oro, la tecnología y los hombres, para que ese capital alemán no quedara en manos de los soviéticos, quienes terminarían invadiendo Berlín. En ese programa de evacuación, que contemplaba varios países incluido los Estados Unidos, la Argentina había sido elegida para que fuera el refugio de Hitler, y de miles de nazis que cruzaron el océano para radicarse en el sur del mundo al terminar la guerra”.
Ahora, es bien sabido que muchos nazis escaparon a Argentina. Josef Menguele, el ‘Ángel de la muerte’ de Auschwitz, vivió en Argentina, Paraguay y Brasil; Klaus Barbie vivió en Bolivia y Adolf Eichmann, conocido como el “arquitecto” de la solución final, vivió bajo el falso nombre de Ricardo Klement en San Fernando, hasta que fue secuestrado por el Mossad y ejecutado en la horca en Israel.
Según el escritor, Hitler vivió en la residencia Inalco, una casa a orillas del Nahuel Huapi en la hermosa ciudad patagónica de Villa La Angostura. Esta fue una de las casas donde vivió el Führer, luego fue adquirida por José Rafael Trozzo, banquero. Este último huyó a México acusado de fraude y dijo que Hitler vivió en esa casa entre 1947 y 1949.
Antes de que empezara la Segunda Guerra, los rumores de que los nazis operaban en Argentina eran frecuentes. Un acorazado alemán, meses antes de que empezara la guerra, operaba en el Atlántico sur hasta que tuvo que atracar en Montevideo, Uruguay. Luego de que su capitán hundiera el barco, se suicidó, pero mucha de la tripulación vivió en Argentina por un tiempo en 1940.