El calentamiento global es de esos asuntos peliagudos que todos los políticos intentan evitar, sobre todo porque se enfrenta con conceptos como “progreso” o “desarrollo económico”. Producto de la industria moderna, dependiente en gran medida de la quema de hidrocarburos, por décadas se han presentado pruebas del efecto nefasto del calentamiento global en nuestras vidas e ignorar esas advertencias nos tiene hoy en una situación peor que nunca antes.
En un reciente estudio llevado a cabo por un equipo multidisciplinario encabezado por la Dra. Christine Batchelor, una geógrafa física dedicada a reconstruir la situación pasada de las capas polares y entender el comportamiento del hielo en estas, se ha descubierto que el ritmo al que desaparece el hielo es alucinante y los científicos de Cambridge y Noruega que participaron advierten que llegará un punto en que esto será evidente “hasta para los satélites”.
Podemos ver desaparecer el hielo ante nuestros ojos
La capa de hielo antártica comprende un área de aproximadamente 14 millones de kilómetros cuadrados, que representa un área mayor a la que es ocupada por México y Estados Unidos juntos, que suman apenas 11 807 millones de kilómetros. Aunque el fenómeno se observaba desde las alturas, el daño no era tan evidente porque no se podía ver de dónde desaparecía la mayor parte del hielo que se derretía: de la base de los glaciares.
Se creía, por observaciones satelitales, que el hielo estaba desapareciendo a un ritmo de hasta 30 metros diarios de hielo, pero pruebas más recientes del lecho marino, que evidencian el derretimiento basal de los titánicos cuerpos de hielo, muestran que ese ritmo era demasiado optimista y la desaparición de las capas polares ha alcanzado hasta los 600 metros diarios, 20 veces más rápido de lo que se creía antes.
La aparición de pequeñas áreas corrugadas, que comprenden unos 7600 montículos de alrededor de uno a poco más de dos metros de envergadura, espaciados por espacios de entre 25 y 300 metros y distribuidos a lo largo y ancho de un área de 30 mil kilómetros cuadrados, demuestra que al comparar la actual desaparición de las capas de hielo con la ocurrida durante la última deglaciación (ocurrida hace 11 mil o 20 mil años ya), está ocurriendo a una velocidad de vértigo.
Los científicos se han espantado al darse cuenta de que esta tasa de cambio en las masas de hielo está significando un cambio comparable al que ocurrió entonces en términos de aumento de aumento en el nivel del mar y en otros factores climáticos que podrían arruinar al corto y mediano plazo al mundo como lo conocemos.
Y se pone peor: el glaciar “del juicio final”
De los muy reales peligros que significa el derretimiento del hielo de los polos, que implica aumento en el nivel del mar junto con erosión costera, cambios radicales en los ecosistemas y en el clima de nuestro planeta, la situación del glaciar Thwaites, también conocido como “el glaciar del juicio final”, es uno de los más claros y evidentes indicadores de que las cosas van mal.
El colosal glaciar, con una envergadura de 120 kilómetros, es monitoreado muy de cerca por los científicos por su potencial, que podría afectar al nivel del mar. Además, es una de las grandes preocupaciones cuando se habla de las capas de hielo antárticas por su vulnerabilidad al derretimiento significativo. Actualmente se estima que contribuye alrededor del cuatro por ciento en el aumento del nivel del mar, pero en el corto plazo podría significar un aumento de cinco por ciento y aún más al mediano y largo plazo, sobre todo con los recientes descubrimientos de desglaciación.
Argumentos irrebatibles
Así como los científicos llevan décadas reuniendo datos y creando modelos matemáticos para dar a conocer a la población el terrible peligro de la desaparición de las capas de hielo polares, los poderes políticos y fácticos de potencias económicas han sido muy hábiles al ocultar, refutar o negar la realidad de cómo cambia el mundo para mal debido al calentamiento global y lo más increíble es que lo han hecho con argumentos tan simplones y risibles como “Afuera hace frío, así que el calentamiento global es un mito”.
Mientras tanto, los científicos siguen registrando la desaparición de las capas de hielo, el aumento en el nivel del mar y pintan al mundo un futuro casi apocalíptico en el que todo el frágil balance de nuestro mundo se ve destruido por la irresponsabilidad de la actividad industrial y económica humana, lo que nos hace preguntarnos: ¿Qué solución se propone para detener esta tragedia, que se nos viene encima tan rápida y ominosamente como una avalancha de glaciar que amenaza con acabar con nosotros?