En 1993, la vida de Hu, una mujer de An Khanh, Anhui, China, cambió completamente. Ella tenía 49 años y vivía con su esposo, pero su situación económica era bastante mala, por lo que para salir adelante, Hu recolectaba desechos que después llevaba a reciclar a un basurero. En ese sitio, entre la basura y suciedad, encontró a una pequeña bebé que había sido abandonada por sus padres.
Sin pensarlo, Hu decidió rescatarla y llevarla a casa, donde la cuidó y se enamoró de ella. La mujer siempre había tenido la ilusión de ser madre, por eso cuando decidió adoptar a la pequeña, su esposo no replicó, pues sabía de los deseos de su esposa, y ambos la criaron como si fuera su hija.
Sin embargo, su bajo ingreso económico no les permitió comprar leche de fórmula para su nueva hija, por lo que tuvieron que darle papilla de arroz para alimentarla. De esta manera, la pequeña vivió sus primeros años en medio de la carencia económica aunque envuelta en el amor de sus padres. Pero un momento trágico impactó en sus días. Cuando la niña tenía solo cuatro años, el esposo de Hu murió.
Más allá del dolor de la pérdida, Hu sabía que no se podía rendir, así que continuó en la recolección de basura. Además, vendió vegetales y grillos en el mercado para mantener a su hija y darle la educación que se merecía. Todo su esfuerzo y amor fueron recompensados varios años después.
El tiempo pasó y la pequeña niña se convirtió en una bella mujer. Cuando cumplió 25 años se independizó y alcanzó el éxito. Se mudó a la ciudad donde se casó y tuvo dos hijos. Sin embargo, nunca olvidó lo que su madre hizo por ella, así que como regalo de reconocimiento por los años de crianza, la joven le obsequió la ampliación de su casa, que de ser un choza humilde, se convirtió en un bello hogar de dos plantas.
A pesar de contar con el apoyo de su hija, Hu no ha dejado de trabajar y regularmente sale al bosque donde corta leña, cultiva verduras y cría pollos, pues dice que no quiere ser una carga para nadie. No cabe duda de que la vida te cruza con las personas adecuadas en el momento preciso, así como lo hizo con Hu y su hija.