Mientras estamos disfrutando unas cervezas al salir del trabajo o estamos en una noche de tragos con los amigos todo es fiesta y diversión. Pero todo tiene un precio y el que pagamos por excedernos con la bebida se llama resaca.
Te duele la cabeza y el estómago, te tiemblan las manos, no puedes coordinar bien, la luz más mínima te lastima los ojos, tienes muchísima sed y piensas “no vuelvo a tomar tanto” ¿te ha pasado? Pues no eres el único y mucha gente esta bebiendo con más moderación para no levantarse con resaca.
Las personas están dejando de beber grandes cantidades de cerveza y alcohol no tanto por cuidar su salud sino porque no quieren sufrir la “cruda”. Según investigadores de la Universidad de Oxford, están moderando su consumo pero sin tomar en cuenta las recomendaciones de los médicos y expertos en salud.
El Servicio Nacional de Salud de Inglaterra dice que un consumo de bajo riesgo, que evita daños a largo plazo, es de 14 unidades de alcohol por semana repartidas entre tres o cuatro días. Una unidad de alcohol equivale a 230 mililitros de cerveza aproximadamente.
Sin embargo, una encuesta reveló que son pocas personas las que conocen – y menos aún quienes siguen – esta indicación de los expertos. Las personas por lo general dejan de beber por temor a la resaca.
En la investigación participaron 1050 voluntarios que respondieron un cuestionario en línea, con preguntas sobre sus hábitos de consumo y sus razones para moderarlos.
El análisis reveló que solamente el 2 por ciento de los voluntarios conocen y siguen las recomendaciones de consumo de bajo riesgo. El otro 98 por ciento mencionaron entre sus motivos para moderar su consumo la ansiedad, la vergüenza por su comportamiento en la borrachera – la “cruda moral” – y el miedo a despertarse con resaca.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Psychology & Health, en un artículo llamado Mi propio infierno personal: acercándome y superando los umbrales de demasiado alcohol.
Según la doctora Emma Davies, profesora de psicología en Oxford, estamos creando parámetros personales basados solo en experiencias negativas de nuestro consumo excesivo de alcohol:
Esto demuestra una falta de conexión entre conceptos médicos del riesgo y las experiencias que las personas argumentan sobre su reducción al beber. Los tomadores generan sus propios parámetros para lo que es un nivel adecuado para beber, que no están basados en guías expertas.
El reto es, según los encargados del estudio, encontrar formas efectivas para que las personas conozcan los estándares de consumo de bajo, medio y alto riesgo. Mientras se trate de beber menos, parece que poco importan las razones pero los médicos creen que hay motivos mejores que otros, y sin duda tenerle miedo a la resaca no es muy bueno… aunque sea efectivo.