Todos hemos soñado en alguna ocasión con ganar la lotería y que las dificultades de la vida cotidiana queden a un lado, pero pocas veces nos ponemos a pensar los problemas que vienen con volverse millonario de la noche a la mañana y no estoy hablando de darse cuenta de que cuando la billetera está llena, comienzan a surgir los “amigos” que en mucho tiempo no habías visto y que misteriosamente tienen una lista de deudas irremediables.
Gillian y Adrian Bayford conocieron las mieles del éxito cuando en 2012 ganaron el premio mayor de la EuroMillions, un premio acumulable de 190 millones de euros que, tras el cambio de divisas, terminaron en 148.6 millones de libras esterlinas, alrededor de 178.8 millones de dólares, una cantidad que la modesta pareja, padres de dos hijos, no imaginaba tener en sus manos, aunque tampoco imaginó los inconvenientes que se desprendieron con su premio.
Gillian dejó su trabajo como empleada de limpieza en un hospital, mientras que Adrian, quien era dueño de una tienda de discos en Haverhill, Inglaterra, decidió continuar con su negocio, pues no quería que el dinero cambiara su vida. Uno de sus primeros proyectos fue mudarse de casa a una gran mansión de 8.2 millones de dólares en donde Adrian comenzó un negocio de venta de instrumentos musicales en línea.
Los autos no podían faltar y pronto se hicieron de un Mini, un Mercedes y un Audi, aunque Adrian no sabía conducir, por lo que regularmente se le veía con un chofer. Por su parte, Gillian abrió un centro de diversiones infantiles, pero a los pocos meses, este cerró, pues nunca logró despegar.
Para su mansión, la pareja contrató a Chris Tovery, un paisajista que se encargaría de tener en orden la estética de su hogar. Sin embargo, al poco tiempo, Tovey demandó a Adrian porque se había lesionado en un accidente de buggy de golf que ocurrió en la propiedad de los Bayford, aunque la prensa especuló que se pudo haber tratado una supuesta infidelidad por parte de Gillian, especialmente porque el paisajista recibió un aumento en su paga.
Tal vez fue el dinero el que causó el distanciamiento del matrimonio y después de tan solo 15 meses de haber ganado el premio, Gillian y Adrian se separaron, rompiendo con una unión conyugal que había durado por más de nueve años. Gillian compró una casa en Dundee, Escocia, en la que se mudó con sus hijos, manteniendo contacto con su exesposo para que pudiera ver a sus pequeños.
Una nueva vida para Adrian
Adrian no tardó en conseguir una nueva pareja. El millonario intentó conquistar a Marta Jarosz, a quien contrató como su guardaespaldas, ya que la mujer era una experta de artes marciales. Además, le ayudaría en su protección y sería tanto su chofer como asistente personal. Sin embargo, las intenciones de Adrian trascendían a lo profesional y cuando el hombre la invitó a las Maldivas, ella se negó.
Sin embargo, Adrian pudo conquistar a Samantha Burbidge, una chica 16 años menor que él, con quien sí concretó una cita en las Maldivas y tras una relación de solo dos semanas, Bayford le pidió matrimonio. Después de aceptar, Adrian le informó de su compromiso a Marta, como diciéndole que “perdió su oportunidad”.
Esta nueva relación parecía que tenía futuro, Adrián le compró 30 caballos pura sangre a su nueva esposa y le construyó un estadio de eventos que le costó 1.5 millones de libras esterlinas, alrededor de 1.8 millones de dólares. Además, le regaló un auto deportivo de gran valor y un vehículo para transportar caballos.
Adrian puso su vida en ella, incluso tuvo dos anillos de compromiso: el primero dijo que lo perdió, aunque se rumora de una supuesta venta, por lo que le pidió que le comprara uno más chico. Bayford pensó que tenía a la chica en sus manos hasta que en 2017, aprovechando una salida de Adrian, Sam escapó con los caballos y el auto deportivo. Poco tiempo después se comprometió con su exnovio.
Adrian pudo recomponer su vida con otra mujer, pero en 2018 volvió a ser abandonado por su entonces novia Lisa Kemp luego de que ella descubriera que Adrian se intercambia e-mails con una examante.
Gillian y su vida de millonaria
La vida amorosa de Gillian tampoco fue como lo esperaba. Conoció a un hombre en 2017, Gavin Innes, con quien inició una relación que, con el tiempo, se volvió “física”. De acuerdo a The Sun, Gavin terminó denunciando a Gillian, ya que la mujer utilizaba su fortuna para controlarlo y dijo sentirse como “un chihuahua en el bolso de Paris Hilton”. Uno de sus castigos cuando “se portaba mal” era quedarse sin conducir los autos deportivos de Gillian.
Después de que esa relación llegó a su fin, Gillian se relacionó con el estafador Brian Deans, quien había robado más de 18 000 dólares en un supermercado a través de reembolsos a falsos clientes. Con Brian tuvo a su tercer hijo a sus casi 50 años. De la misma manera comenzó a utilizar el apellido Deans.
Final para ambos
Gillian y Adrian probablemente sean los ganadores de lotería más polémicos de la historia, pues aunque también utilizaron su dinero para hacer buenas acciones como comprar una casa especialmente habilitada para un niño con un problema neuronal, poner su propiedad a disposición para un festival musical, su vida personal fue en decadencia.
La mansión en la que vivieron se ha intentado vender para tener un poco más de efectivo, pero aunque es una casa con varias amenidades, no ha habido compradores y cada vez está más deteriorada. Sus negocios personales no han funcionado del todo y la gran vida que el dinero les podría asegurar no es lo que ellos pensaron.
Adrian se mudó a Dundee, donde compró una casa por 750 000 libras esterlinas, poco más de 902 000 dólares, en la que ahora está más cerca de sus hijos. Mientras que Gillian está de nuevo comprometida, aunque no hay noticias claras sobre una boda. Por su parte, Adrian dijo que nunca se acostumbró al estilo de vida lujoso y Gillian se distanció de sus amigos supuestamente por el dinero.