En la última hazaña de un francotirador, un miembro del Servicio Aéreo Especial (SAS por sus siglas en inglés), de la armada británica, mató a otro francotirador yihadi desde una distancia de 2.5 kilómetros de distancia, con el rifle más potente del mundo.
En solo tres segundos, la bala alcanzó la garganta del objetivo en un combate en la ciudad iraquí de Mosul.
El arma utilizada fue una CheyTac M200 Intervention, que puede vaporizar los órganos de las personas a una distancia de 2.5 kilómetros, y tiene el récord del disparo más lejano.
El tirador del SAS jaló el gatillo, registrando uno de los disparos más difíciles en la historia del ejército británico. Una fuente dijo a The Star, el diario inglés:
“Fue una operación clásica de contra-francotirador, con un tirador de ISIS moviéndose todo el tiempo, con la intención de obtener la mejor posición para lograr el objetivo. Era como un juego del gato y el ratón y en algún punto el SAS casi se rinde, creyendo que el terrorista se había ido”.
Cuando se empezó a terminar la luz natural, el tirador se movió a lo que creyó era una posición más segura, levantó el rifle para ponerlo en su hombro y el elemento del SAS le disparó.
El militante muerto también era francotirador y ya había matado y herido a muchos de sus camaradas.
Esto se sabe luego de que las fuerzas especiales de Irak declararon su misión completa en Mosul, cuando retomaron el control del último de los distritos del oeste, quitándoselo al Estado Islámico.
ISIS todavía controla algunas de las áreas de Mosul occidental, incluída la densa ciudad Old City donde algunas de las más sangrientas batallas están por librarse.