Fidel Castro, el último revolucionario cubano, quien fuera amigo y compañero del “Che” Guevara, quien resistió el inhumano bloqueo de 11 presidentes imperialistas junto con su pueblo por más de 60 años, murió a los 90 años de edad por causas naturales: pero antes, el líder comunista sobrevivió a más de 600 intentos de asesinato.
Uno de los emblemas del siglo XX murió, Diego Armando Maradona lo llamó su “segundo padre”, y el pueblo cubano le rendirá un homenaje póstumo según dio a conocer su hermano, Raúl Castro. El controversial líder comunista de la pequeña isla beisbolera logró mantener a raya a los Estados Unidos y pudo escapar a centenares de intentos de homicidio.
Según teorías de la conspiración y reportes legítimos, los intentos de acabar con su vida fueron alrededor de 638.
Un documental del Channel 4, llamado “638 Maneras de Matar a Castro”, reseña muchos de los intentos fallidos, impulsados por el bloque liderado por los Estados Unidos.
En una entrevista con medios estadounidenses, durante su viaje de visita al presidente estadounidense Jimmy Carter, le preguntan si siempre usa un chaleco antibalas, porque es lo que todo el mundo dice; y él responde abriéndose la camisa: “¿Chaleco antibalas? Lo que tengo es un chaleco moral, que es fuerte y me ha protegido siempre”:
Un puro explosivo
El número de atentados lo dio a conocer Fabián Escalante, quien estuvo encargado de la seguridad personal del presidente Castro.
Entre ellos, que van de lo más increíble a lo más ingenioso, podemos contar el del puro con explosivos como una de las formas que la CIA usó para intentar acabar con el líder de izquierda.
Una concha marina explosiva
Otra de las maneras que utilizaron fue una concha marina explosiva, pues sabían que era un amante del buceo. Pintaron una concha muy colorida para que llamara su atención y se acercara a ella.
Hongos
También infectaron con hongos uno de sus trajes de buzo para provocarle una enfermedad crónica y debilitante.
Píldoras y un bolígrafo
La CIA también intentó envenenarlo a través de su amante, Marita Lorenz. Ella tenía la misión de disolver píldoras venenosas en la crema facial de Castro. Además, un agente de la CIA no pudo cumplir la tarea de inyectarle veneno con un bolígrafo.
Servilletas de té
La CIA trató de pigmentar las servilletas de té del máximo mandatario cubano con un veneno letal.
Explosivos
El intento más reciente tuvo lugar en el año 2000, durante la visita de Castro a Panamá: cuatro hombres, incluido el ex agente de la CIA, Luis Posada Carriles, fueron detenidos cuando intentaron colocar 90 kg. de explosivo bajo el podium donde iba a dar un discurso.
Con una pelota de beisbol
También se cuenta de una pelota de beisbol explosiva con la que debía jugar el mandatario.
Un licuado
Según Escalante, lo más cerca que la CIA estuvo de matar a Fidel Castro fue con un licuado, en 1963; sin embargo, un mesero del hotel Hilton de La Habana accidentalmente rompió la cápsula con el veneno que debía poner en la bebida.
Atacar su barba
Otra acción que resultó intento fallido fue ponerle polvo en los zapatos para que se le cayera la barba, en los tiempos en que esta era un símbolo revolucionario.
LSD
Intentaron rociar LSD en el estudio de televisión para que pareciera drogado con el alucinógeno y perdiera la compostura durante sus transmisiones al aire.
Entre las fuentes consultadas por The Guardian para el documental, se encuentran además de Fabián Escalante, Wayne Smith, antiguo director de la sección de intereses estadounidenses en La Habana, y varios documentos que salieron a la luz durante el mandato de Bill Clinton.