El aislamiento debido a la pandemia nos afectó de distintas maneras y en diferentes proporciones, pero hubo algunos casos dramáticos que se convirtieron en verdaderas historias de terror y que tal vez podrían haberse prevenido de haber existido más contacto humano con las víctimas del estrés mental que el encierro nos provocó a todos.
En un caso muy sonado ocurrido en Suiza, el 24 de marzo de 2022, una familia francesa de cinco integrantes saltó del balcón de su casa, ubicada en un séptimo piso, y solamente un muchacho de 16 años sobrevivió. En su momento se sospechó que fue un caso masivo de atentado en contra de la propia vida, pero las pesquisas han arrojado resultados tristes y horribles: la familia prefirió dejar este mundo en vez de verse obligada a enfrentar al gobierno suizo o tener tratos con otros.
Preppers franceses en Suiza
La familia se estableció en una zona de lujo de Montreux, ciudad suiza del cantón de Vaud, específicamente en un lujoso edificio a orillas del lago Léman. El núcleo familiar incluía al padre, Eric David, de 40 años; la madre, Nasrine Feraoun y su hermana gemela Narjisse, una dentista y una oftalmóloga, respectivamente, de 41 años; así como a una hija de 8 años y un hijo de 16 años. La familia no mantenía contacto con el mundo exterior, excepto por la tía, que era la única que obtenía ingresos por su trabajo.
Esta gente vivía autosuficientemente, reuniendo provisiones variadas, que les redujo su espacio vital, pero les permitiría enfrentar una crisis de falta de alimentos. En el clima de la pandemia, el peculiar caso de esta familia permaneció oculto en la multitud, pues casi todos los pobladores habían mantenido un comportamiento más bien reservado, pero cuando las cosas volvieron a la normalidad, la tragedia se manifestó.
La horrible verdad: aislamiento y desinformación
Luego de investigar el caso, las autoridades llegaron a la conclusión de que todos los miembros de la familia se encontraban bajo una situación de estrés extrema y una psicosis que los tenía convencidos de que el gobierno iba detrás de ellos. Mantener el mínimo contacto con el mundo exterior era parte de su estrategia para evitar que el nefasto influjo del exterior los sojuzgara. Ni la madre ni la hija estaban registradas apropiadamente como residentes de Montreux.
Por mucho tiempo mantuvieron la máxima cantidad posible de comida en su casa para no depender de fuentes externas de abastecimiento. Además, criaron y educaron en casa a los hijos para evitar influencias negativas. Según se supo luego, el padre era en extremo tímido, mientras que la niña era dominante y manipuladora, lo cual contribuyo a que esta minisociedad enfermiza se perpetuara.
El desencadenante: “hora de ir a la escuela, chavos”
Lo que aparentemente llevó a la familia a esa decisión fue la llegada de un par de investigadores que tocaron la puerta del departamento a las 6:15 a.m., con la intención de ponerse en contacto con el padre para conocer las minucias de su escolaridad doméstica. Al identificarse como oficiales, el silencio se impuso; incapaces de entrar al domicilio, los investigadores se fueron del lugar a llenar un reporte y la tragedia ocurrió poco después.
Según testigos, apenas antes de las 7:00 a.m., los cinco miembros de la familia saltaron, uno a uno, de su balcón, por voluntad propia, con consecuencias mortales para cuatro de ellos, mientras que el hijo sobrevivió y fue llevado en estado crítico al hospital, donde lograron salvarlo. Debido a las pesquisas que siguieron, se supone que todo fue parte de un proceso ensayado que llevaron a cabo en total mutismo. Se cree que la familia estuvo, desde el inicio de la pandemia, embebida en teorías de conspiración y en métodos de prepping (prepararse para la autosuficiencia).