Siempre que pensamos en pandemias nos imaginamos lo letales que fueron enfermedades como la viruela, la peste negra o el cólera; epidemias contagiosas cuyos efectos en la salud del humano fueron palpables y la muerte estaba más que asegurada. Pero en la actualidad existen otras pandemias que podrían terminar por destruirnos y lo peor es que convivimos con ellas a diario y las hemos normalizado como parte de nuestra vida.
En fechas recientes, 43 científicos de diferentes ramas se han reunido para publicar un artículo en la revista científica The Lancet, en donde reconocen a tres grandes pandemias globales que podrían acabar con la existencia humana, y lo peor es que no existe ninguna vacuna para ellas: la obesidad, la desnutrición y el cambio climático. Lo más preocupante de todo es que las tres están ligadas.
Antes que nada, los investigadores definieron como “pandemia” a cualquier incidencia que tenga grandes efectos en la salud del ser humano y en el sistema del que depende; por ende, el cambio climático es considerado una pandemia puesto que ya se ha comprobado un vínculo entre la salud del ser humano y la Tierra con los efectos del calentamiento global.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, hay cerca mil 900 millones de personas que padecen obesidad en el mundo; mientras que 462 millones sufren desnutrición. Ambas condiciones son catalogadas como formas de malnutrición, cada una en un extremo diferente.
La obesidad y la desnutrición están relacionadas entre sí, pero también tienen un gran vínculo con el cambio climático y esto es gracias a la industria alimentaria que, para la mayoría de los ecologistas, es la gran causa de los problemas ambientales que vivimos hoy.
La causa de esta afirmación es el modelo de producción que han adoptado las empresas productoras de alimento, que más allá de proporcionar nutrientes para la población tienen otro objetivo en mente: ganar más dinero. Para lograrlo no les importa la salud de las personas o el daño que produzcan al medio ambiente por la sobreproducción o deforestación de zonas naturales para seguir generando ganancias.
Los alimentos, según el reporte, son vendidos a quienes tienen los medios para adquirirlos; además, tienden a sobreconsumir lo cual lleva a la obesidad; mientras tanto, aquellos que no cuentan con los medios se quedan fuera de esta cadena y no obtienen los nutrientes que necesitan.
Lo anterior sin contar los daños colaterales en poblaciones que viven cerca de fábricas, comunidades que anteriormente podían producir sus propios alimentos; y quienes se vieron desplazados por alguna fábrica, cuyo su suelo y agua fueron contaminados por los desechos.
El sistema industrial de alimentación actual, según el estudio, se ha vuelto insostenible y dañino, tanto para los que tienen los medios para sobreconsumir como para los que no, y en gran escala afectan de manera directa en el cambio climático.
Según el estudio, publicado el 27 de enero de 2019:
Estas tres pandemias —obesidad, desnutrición y cambio climático— representan una Sindémica Global que afecta a mucha gente en cada país y región en todo el mundo. Constituyen una sindémica o sinergia epidémica porque ocurren en el mismo tiempo y espacio, interactúan entre ellas para producir una secuela compleja y comparten conductas sociales subyacentes comunes.
Y nosotros que pensábamos que el fin del mundo sería muy parecido a un apocalipsis zombi, un meteoro cayendo sobre el planeta o una guerra nuclear. En realidad lo que más lastima al planeta es lo que comemos todos los días.