México fue construido, literalmente, sobre los restos de incontables y variadas culturas de los pueblos originarios cuyos territorios pasaron a ser botín de los “conquistadores”. La gran prolificidad de las poblaciones incluso anteriores a los mexicas en tiempos de antaño queda en evidencia cuando se excavan unos cuantos metros de la tierra, desentrañando secretos del pasado y tesoros ocultos, como acaba de ocurrir en Hidalgo.
Durante el trabajo para una obra de construcción de una sucursal más de Walmart en el municipio Tula de Allende, Hidalgo, los trabajadores hicieron un notable descubrimiento: los restos de un asentamiento tolteca que ha resultado ser una ventana al pasado glorioso de esa cultura. Como resultado del descubrimiento, la obra se detuvo para que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tuviera acceso a ese tesoro.
El changarro gringo está en obra negra indefinida
Manuel Hernández Badillo, alcalde del municipio de Tula, dio fe del descubrimiento de restos arqueológicos de la cultura tolteca donde estaría una de las siete tiendas proyectadas por la cadena estadounidense de comercios de autoservicio Walmart. Los trabajadores de la obra se percataron de la presencia de las estructuras y artefactos centenarios, cuya autenticidad fue posteriormente ratificada por expertos del INAH.
El anuncio del alcalde tuvo lugar el 3 de junio de 2023 y el político no desaprovechó la oportunidad para posar en fotos donde los arqueólogos se encargaban de recuperar las piezas encontradas: obras de alfarería, herramientas, entierros humanos, figurillas, vasos funerarios, instrumentos metálicos y evidencias de la presencia de arquitectura prehispánica perteneciente a los toltecas. Como resultado, la obra en curso se suspendió para iniciar las tareas de recuperación de los tesoros hallados.
Hallazgo sorprendente pero que tiene mucho sentido
Por supuesto, sin deberla ni temerla, los trabajadores que laboraban en la obra se toparon con los objetos antiguos y su descubrimiento fue posteriormente avalado por personal del INAH y aunque todos se sorprendieron por la tremenda riqueza de artefactos que han estado aflorando a raíz del evento fortuito, su ubicación nos dice que es muy razonable e incluso “obvio” que esos artefactos se encontraran en el lugar.
La cosa es que el “nuevo sitio arqueológico” se encuentra a escasos 150 metros de la ubicación del Museo de Sitio de Tula, Hidalgo, donde se encuentran los formidables Atlantes que custodian el templo de Tlahuizcalpantecuhtli, que son tremendos monumentos de más de 4.5 metros de altura que evidencian la majestad de la cultura tolteca. La morada de los colosales guardianes marca el centro neurálgico del gobierno tolteca de antaño, por lo que el hecho de que se encontraran estructuras y herramientas de esas culturas en el sitio es bastante verosímil.
Nuevos datos históricos y teorías nacen a raíz del hallazgo
Luego de un descubrimiento de estas proporciones, la historia no podía quedarse inalterable y parte del devenir de la cultura tolteca se ha ido descubriendo con cada pieza que fue “rescatada” de quedar bajo los pasillos de un Walmart más. Además de arrojar luz sobre el día a día de una comunidad típica, análisis preliminares apuntan a una reocupación tolteca del territorio luego del periodo del paso mexica del poderío a la decadencia entre 1475 e.c. y 1522 e.c.
Esos datos son particularmente interesantes cuando consideramos que a partir del siglo XII, la cultura tolteca había dejado atrás sus mejores tiempos a pesar de que su impacto en la región fue duradero e inestimable. Así la cosa, queda por verse qué se hará con el sitio y qué será de la tienda, que debido a que los expertos quieren que el descubrimiento se defienda con toda la fuerza de la ley, probablemente esa tienda esté destinada a ser abandonada definitivamente, pero aún está por verse.