Los extraños hallazgos continúan asombrándonos en este año 2020 y en esta ocasión se trató de miles de figuras pintadas en la roca de tres cerros en el Amazonas. Su descubrimiento es una nueva pista sobre la vida de nuestros ancestros.
Estas imágenes permanecieron ocultas en la espesura de la selva amazónica y aunque en realidad fueron descubiertas hace tres años, el hallazgo se mantuvo en secreto mientras los expertos hacían sus investigaciones. Pero al fin revelaron a todo el mundo estas pinturas rupestres que cubren cerca de 13 kilómetros de roca.
Según los análisis realizados, estas pinturas provienen de distintos periodos, pero las más antiguas fueron realizadas hace 11,800 y 12,600 años, lo que las sitúa en la etapa final de la Edad de Hielo, que inició hace 110,000 años y terminó hace 10,000.
Las pinturas fueron encontradas en la roca de tres diferentes ubicaciones: en Cerro Azul, Cerro Montoya y Cerro Limoncillos, que se encuentran en la parte norte del amazonas, en la frontera con Colombia. Las imágenes se encuentran en diferentes conjuntos de varios tamaños y muestran pictografías de humanos, plantas, animales, patrones geométricos, así como escenas de cacería.
Además de mostrar criaturas que perduran hasta nuestros días, como murciélagos, monos, caimanes, ciervos, tapires, tortugas y puercoespines, lo que más ha intrigado a los expertos es la aparición de bestias como perezosos gigantes, camélidos, ungulados de tres dedos y mastodontes.
Según el doctor Mark Robinson de la Universidad de Exeter, estas pinturas revelan que nuestros antepasados sí pudieron haber tenido contacto con criaturas como los mastodontes y que sí eran capaces de organizarse para dar cacería a estos animales herbívoros.
Las pinturas brindan una visión vívida y emocionante de la vida de estas comunidades. Hoy en día nos resulta increíble pensar que vivían y cazaban entre herbívoros gigantes, algunos del tamaño de un coche pequeño.
Asimismo, fueron encontradas pequeñas herramientas de hueso que fueron empleadas para extraer ocre y elaborar el material del que están hechas las pinturas. El profesor José Iriarte, también de la Universidad de Exeter, explicó el valor social de este descubrimiento:
Estas pinturas rupestres son una prueba espectacular de cómo los humanos reconstruyeron la tierra y cómo cazaban, cultivaban y pescaban. Es probable que el arte fuera una parte poderosa de la cultura y una forma de que la gente se conecte socialmente. Las imágenes muestran cómo habría vivido la gente entre animales gigantes, ahora extintos, que cazaban.
Al parecer, las pinturas fueron creadas en diferentes momentos, por lo que algunas se han conservado mejor y son más visibles que otras, que se han ido desvaneciendo de la roca. Aun así, este gran descubrimiento se ha vuelto una sensación para los expertos en arte rupestre.