En pleno siglo XXI, donde gran parte de la comunicación se hace a través de medios digitales, todavía hay personas que encuentran botellas en el mar con cartas y mensajes escritos hace casi 100 años.
Eso fue lo que encontró Jennifer Dowker, la capitana de un barco que practicaba buceo en el río Cheboygan, en Michigan. Ella estaba limpiando el cristal de su barco con fondo de vidrio, el Yankee Sunshine, cuando descubrió esta pequeña botella de color verde, cerrada con un corcho y con un trozo de papel adentro.
Cuando salió a la superficie notó que el corcho estaba dañado y casi tres cuartas partes de la botella estaba llena de agua. Con cuidado quitó el corcho, vació el agua y utilizando unas pinzas delgadas logró rescatar el trozo de papel para desenrollarlo en una mesa. Esto es lo que estaba escrito:
¿Podría la persona que encuentre esta botella devolver este papel a George Morrow, Cheboygan, Michigan, y decir dónde lo encontró?
El mensaje estaba muy bien conservado a pesar de haber estado en contacto con el agua. Además, Jennifer quedó impresionada al ver que era muy antiguo, pues el papel tenía escrito el año 1926.
Al principio no creyó que podría encontrar a alguna persona relacionada con el autor de este mensaje, pero publicó fotografías en el perfil de Facebook de su negocio de viajes, Nautical North Family Adventures, y obtuvo una respuesta.
La hija de George Morrow se puso en contacto con la capitana y le dijo que la letra se parecía a la de su papá, quien en esos años debió tener unos 16 o 17 años. Además, contó que enviar mensajes en botellas es algo que él solía hacer.
El mensaje le fue devuelto a la hija del autor y ahora ella va a enmarcarlo junto a una fotografía de su padre en sus tiempos de juventud. Pasaron 95 años para que este mensaje fuera recuperado del agua.