Retos tontos en internet, pasar la escuela solo con asistir, fidget spinners, terraplanistas y modas ridículas… Todo esto es evidencia de algo que desde hace tiempo fue una sospecha: cada generación de seres humanos se está volviendo más torpe.
A inicios del siglo XX, el investigador James R. Flynn demostró que el coeficiente intelectual de las personas estaba aumentando, y los psicólogos llamaron a esta tendencia de volvernos más inteligentes el Efecto Flynn. Por desgracia, ahora parece que sucede justamente lo contrario y la ciencia confirma que estamos perdiendo intelecto.
Los científicos del Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch, en Noruega, reunieron información acerca de pruebas de inteligencia durante 39 años con el fin de analizar el Efecto Flynn, pero los resultados de su investigación les dieron una gran sorpresa.
Estudiando los exámenes de inteligencia de 730,000 hombres, hechos desde 1970 al 2009, los expertos concluyeron que hasta finales del siglo XX la inteligencia aumentaba, pero en los últimos años esa tendencia se detuvo e incluso comenzó a disminuir. No es una crítica sino un dato científico: las nuevas generaciones son menos inteligentes.
Mientras que el Efecto Flynn predecía que cada generación aumentaba en tres puntos su coeficiente intelectual, la reciente investigación dice que si la tendencia a disminuir continúa dentro de 10 años las generaciones pasarán de tener un CI promedio de 130 (muy superior) a uno de 69 puntos (extremadamente bajo).
¿Por qué nos estamos volviendo más torpes? Los científicos están trabajando sobre algunas ideas, como la saturación de estímulos que tienen las nuevas generaciones o factores ambientales como la contaminación y sus efectos en el sistema nervioso.
Todavía no se sabe a ciencia cierta qué está pasando, pero al menos hay pruebas de que la inteligencia humana disminuye. Aunque hay casos muy especiales, como el de la niña de 11 años que es más inteligente que Einstein y Hawking, la gran mayoría de las nuevas generaciones no se destacan por ser muy listos.
Tal vez los retos de comer canela, masticar bolsitas de jabón líquido, sellarse al vacío en bolsas de plástico y otros torpes challenges, por fin están causando sus efectos. Discúlpelos, señor Darwin, no todos están hechos para desarrollar su inteligencia.