Cómo es que después de pasar un rato tan agradable con los amigos, tomándote una cerveza o dos, después de una larga semana de trabajo, al llegar a casa te sientas culpable por la “panza cervecera”. Muchas personas culparían al alcohol, pero, ¿qué si les dijera que la cerveza no es la que te hace engordar?
Por el contrario, muchos estudios demuestran que un tarro de cerveza al día te ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y a fortalecer tus huesos, pues los expertos dicen que no hay evidencia científica conclusiva que demuestre la creencia de que la cerveza, en particular, te haga engordar.
“Están científicamente comprobados los efectos preventivos de las bebidas fermentadas (incluida la cerveza) frente a las enfermedades cardiovasculares, tanto en prevención primaria como secundaria; es decir, en personas con alto riesgo vascular y las que ya han tenido una complicación cardiovascular”, explica Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona
La verdad sobre la cerveza y el aumento de peso no es el contenido calórico de la bebida, porque en realidad es casi insignificante, el problema es el apetito que tenemos después de beber cualquier bebida embriagante en general, pero permítanme explicarles.
Obviamente el consumo en exceso siempre es dañino, si consumes grandes cantidades de cerveza por supuesto que engordarás, pero esto pasa con cualquier tipo de alcohol, o el consumo excesivo de comida. El secreto está en balancear todo.
Las calorías en la cerveza, o siendo más específicos, las calorías contenidas en el alcohol son también llamadas “calorías vacías”, que son muy conocidas por no ser absorbidas por nuestro cuerpo. En otras palabras, no son procesadas efectivamente, lo cual tiene sentido ya que nuestro cuerpo necesita la energía de las calorías.
Se dice que solo 15 calorías de las casi 50 que contienen 330 ml de una cerveza regular son las que nuestro cuerpo utiliza como calorías buenas, el resto no puede ser usado como energía.
Además, los componentes ácidos y el dióxido de carbono, comúnmente encontrados en la cerveza, afectan nuestro estómago, provocando el apetito. Entonces, tal vez la cerveza tenga pocas calorías, pero el estar comiendo aperitivos mientras bebemos es lo que ocasiona nuestra creencia de que la cerveza nos engorda.
Es por eso que, investigaciones de renombre ha sugerido que es la calidad y la cantidad de alimentos que se comen después del consumo de cerveza, lo que resulta en la “pancita cervecera”. La cerveza no contiene grasa, pero tiene volumen, que estira el revestimiento del estómago, y contiene azúcar.
Estos mismos estudios han demostrado lo que mencionamos en un principio; uno de los principales beneficios de esta bebida milenaria en la salud es la prevención de enfermedades cardiovasculares ya que, gracias a su alto contenido en polifenoles (que son antioxidantes naturales), contribuye a reducir los niveles de colesterol perjudicial, aumentando al colesterol protector.
Si ya eres una persona con problemas cardiacos, también es la bebida perfecta para ti, pues favorece los procesos de reparación del corazón cuando se ha sufrido un infarto de miocardio, derivando a una mejora en el funcionamiento cardíaco global. Los compuestos bioactivos contenidos en la cerveza, concretamente en los polifenoles podrían tener efectos protectores sobre los vasos sanguíneos y el corazón.
El profesor Giuseppe Grosso, de la Universidad de Catania, encontró que la cerveza también puede reducir el riesgo de osteoporosis e incluso mantener el cabello, las uñas y la piel radiantes, ya que contiene altos niveles de silicio. Además, mejora la sensibilidad a la insulina, aumenta la concentración de las lipoproteínas de alta densidad, reduce la inflamación, aumenta la adiponectina (una hormona que participa en el metabolismo de la glucosa y los ácidos grasos) y mejora la función endotelial.
En resumidas palabras la cerveza es un milagro en la medicina. Pero recuerda que su consumo debe ser moderado, de hecho se recomienda que, para que todo esto sea efectivo y no cause problemas de aumento de peso, los hombres deben tomar 3 vasos al día, y 2 en el caso de las mujeres. ¡Salud!