En la actualidad hay mucha discusión por los altos sueldos de los atletas. ¿Pero quién ha sido el atleta mejor pagado de todos los tiempos? Ni más ni menos que un gladiador: Gaius Appuleius Diocles, un romano que competía en la Fórmula 1 de esos tiempos.
Según Forbes, el atleta mejor pagado en 2016 fue Cristiano Ronaldo, con 88 millones de dólares; luego Lionel Messi, con 81.4 millones; en tercero quedó Lebron James, con 77.2 millones; Roger Federer, le sigue con 67.8 millones y Kevin Durant, con 56.2 millones. Pero ninguno le llega a los talones a Diocles.
Ni siquiera Tiger Woods que logró el millar de millones de dólares en ingresos, supera a Gaius Appuleius Diocles, un corredor de cuadrigas romanas. Él llegó a ganar el equivalente a 15 mil millones de dólares actuales, según los historiadores.
Diocles nació en el año 104 a.C. en Lamecum, capital de Lusitania, provincia de Emerita Augusta (ahora Portugal). Su padre era dueño de un negocio de transportes y la familia era acomodada. Diocles empezó a correr a los 18 años en Ilerda (ahora Cataluña, España) y rápidamente se ganó una buena reputación. Lo suficientemente buena para poder entrar a las “grandes ligas” en Roma.
Ya en Roma, empezó a correr para el Equipo Blanco; en esos tiempos, los “competidores estaban en equipos, nada distinto a lo que sucede en Fórmula 1, los que invertían en entrenamiento y desarrollo de caballos y equipo”, donde los corredores del equipo más débil, el Blanco, “usualmente provenían de los niveles sociales más bajos”, según el autor Murray Wardrop.
Al tener un talento natural, Diocles fue invitado al Equipo Verde a los 24 años. Luego fue transferido al equipo Rojo cuando tenía 27 años “ese fue un movimiento atrevido porque la popularidad de los Verdes era mucha, pero Diocles no sufrió daño aparentemente”, señala el historiador Robert Kebric.
Algunos historiadores especulan que Diocles cambió de equipo por un motivo sencillo: la riqueza y la gloria. Los verdes eran los más populares y atraían a los mejores corredores, pero al pasarse a los rojos, Diocles se aseguró que sobresaldría como el mejor.
Muchas de sus victorias fueron rebases en la línea de meta en el último momento. Las masas lo adoraban por su espectacularidad. Cualquier carrera con Diocles era el evento del día, y tal vez de la semana. Esto, naturalmente le reportó mayores ingresos.
La estrella del siglo II no hizo dinero con patrocinadores, sino de los premios que ganó durante sus 24 años de carrera. De las cuatro mil 257 carreras que corrió, ganó mil 462 y estuvo en el podio en otras mil 438, casi siempre en segundo lugar.
Los campeonatos de carros eran los eventos atléticos mejor documentados, eran de las atracciones más importantes del Circo Romano. Muchos estudiantes de historia saben que el Circo era una manera de pacificar a los pobres y las masas sojuzgadas.
Eso era perfecto para Diocles, quien “ganó por 24 años; Diocles, un héroe iletrado cuya firma era el cierre en las carreras, logró una suma sorprendente de 35,863,120 sestercios”, escribe el historiador Peter Struck, investigador y profesor de estudios clásicos en la Universidad de Chicago.
Sus ingresos son cinco veces las ganancias del gobernador más rico de cualquier provincia romana en un periodo similar, suficiente para proveer de alimento a Roma por un año, o para pagar todos los soldados romanos por una quinta parte del año.
Diocles es famoso por su riqueza obscena, pero también porque vivió para retirarse a los 42 años. Muchos corredores morían en sus 20. Sus increíbles ganancias las utilizó para comprar terrenos en la campiña italiana, cerca de Praeneste (hoy Palestrina). Ahí vivió en paz el resto de sus días.
Su hijo y su hija levantaron un monumento en recuerdo a su padre, años después.