Aunque por lo general creemos que existe una línea que separa la vida de la muerte, la realidad es que este límite es bastante misterioso, por lo que los científicos continúan investigando qué partes de nuestro cuerpo siguen “vivas” cuando dejamos este mundo.
Los trastornos neurológicos son un gran enigma, y los expertos se dedican a investigarlos a fin de prevenirlos o encontrarles una cura. Debido a estos estudios, se descubrió que ciertas células de nuestro cerebro siguen funcionando incluso cuando nuestro corazón deja de latir.
Investigadores de la Universidad de Illinois estudiaron el proceso post mortem del cerebro, comparándolo con tejido cerebral fresco obtenido de extracciones quirúrgicas, es decir, analizaron lo que ocurre con las partes del cerebro que han sido extraídas en cirugías para el tratamiento de enfermedades neurológicas.
Se dieron cuenta de que las neuronas se comenzaban a degenerar durante las primeras horas de “la muerte”, y eso no sorprendió a nadie. Pero lo que no esperaban fue que otras células cerebrales no solo disminuyeron, sino que aumentaron su actividad.
Mientras que los genes neuronales colapsaron en las primeras horas después de la extracción quirúrgica, los genes de astroglía y microglía continuaban funcionando y alcanzaban sus niveles máximos de actividad 12 horas después del “deceso”. Son algo así como zombis que siguen activos en nuestro sistema nervioso al morir.
Las células gliales del cerebro son las que dan un soporte mecánico y metabólico a las neuronas y al sistema nervioso en general. Los astrocitos ayudan a almacenar los nutrientes para las neuronas, mientras que la microglía tiene la función de limpiar desechos. Lo interesante es que los genes de estas células sigan funcionando tantas horas después de que el corazón dejó de enviar sangre al cerebro.
Uno de los autores del estudio dice que este descubrimiento en sí no es tan sorprendente, pero que su mayor impacto es que finalmente se pudo medir, o cuantificar, el cambio post mortem que existe en las células y que esto será útil en la investigación de tratamientos potenciales de enfermedades como el Alzheimer o autismo.
La mayoría de los estudios asumen que todo en el cerebro se detiene cuando el corazón deja de latir, pero no es así. Nuestros hallazgos serán necesarios para interpretar la investigación sobre los tejidos del cerebro humano. Simplemente no habíamos cuantificado estos cambios hasta ahora. Nuestros hallazgos no significan que debamos desechar los programas de investigación de tejidos humanos, solo significa que los investigadores deben tener en cuenta estos cambios genéticos y celulares, y reducir el intervalo post mortem tanto como sea posible para reducir la magnitud de estos cambios.
– Jeffrey Loeb
El cuerpo humano es realmente fascinante, y el cerebro y sus células son de los objetos de estudio más complejos que la humanidad sigue investigando para desentrañar sus secretos. Tal vez no nos volvemos completamente zombis al morir, pero al menos una parte de nosotros sigue funcionando en automático.