A veces, las condiciones del matrimonio no son las ideales e incluso llegan a ser insoportables. Para esos casos, Dios (o Einstein, no tenemos el dato exacto) inventó el divorcio, con el fin de que esposo y esposa sigan su camino con parte de lo que la pareja construyó junta durante su matrimonio. Sin embargo, en ocasiones, los esposos no están de acuerdo con la repartición de la riqueza, sobre todo cuando son millonarios en secreto.
En China se ha vuelto notorio el caso de un matrimonio que al disolverse, dejó al descubierto la fortuna que el marido, identificado con el pseudónimo Qin Lan, ocultaba de su esposa, Yu Hong. El esposo mantenía en secreto casi dos decenas de comercios que poseía y que le habían reportado millones de dólares durante años y, al final, tuvo que compartirlos, por orden judicial, con su esposa que, según él, no había aportado nada al matrimonio.
La fortuna secreta de Yu Hong al descubierto
Durante 20 años, el matrimonio tuvo sus altas y bajas, con la esposa dedicando todo su tiempo a las tareas del hogar, mientras que Qin Lan salía a ocuparse de los asuntos de cerca de 18 propiedades comerciales, de las que obtuvo generosas ganancias durante años.
Ignorante de lo acaudalado que era su marido, Hong registró un divorcio bajo la impresión de que el matrimonio había fallado, pero, en realidad, ella no quería divorciarse, sino llamar la atención de su cónyuge, por lo que la Corte desestimó la petición. Sin embargo, con eso, ella se enteró de unos 14 millones de dólares en bienes que su marido le ocultó. Eso la hizo decidirse a pedir el divorcio en serio, seis meses después.
Se quería ir sin pagar los platos rotos: “Ella no aportó nada a nuestro matrimonio”
Yo construí por mí mismo mi fortuna, mis bienes. Ella solamente es una ama de casa que jamás trabajó. No ha aportado nada a nuestro matrimonio, ni un yuan.
– Qin Lan
El tramposo hombre trató de aplicar la de Achraf Hakimi y le regaló sus 18 comercios a una hija de un matrimonio previo para mantener su fortuna en caso de que la Corte fallara en su contra y le obligara a pagar lo que debía. Esa maniobra, junto a la promesa de darle a su hijo con Hong algo más valioso que los 18 negocios en un futuro, eran la estrategia de Qin para no soltar ni un dólar, pero los jueces no se chupaban el dedo.
Ni modo, “campeón”, te toca vaciar los bolsillos
Aunque, según Qin Lan, nada del duro trabajo de Yun Hong aportó al matrimonio, pues este solo ve las cosas en dólares y centavos, la Corte sí tomó en cuenta el papel de la mujer y rompió la burbuja del ingrato exesposo de la mujer.
La Corte resolvió que el derecho legal de Hong estaba protegido y sería garantizado por la Corte sin importar si ella tuvo un trabajo remunerado o no durante el matrimonio. Así, se le ordenó a la hija de Qin que devolviera el regalo de su padre para que pudiera pagarle a su exesposa lo que le correspondía por derecho.